A 40 años de los Juegos Olímpicos de Moscú
A pesar del boicot de EE.UU., más de cinco mil atletas de 80 países participaron de las primeras Olimpíadas celebradas en un país socialista.
Por Adrián Lomlomdjian
Los Juegos Olímpicos de Moscú 1980 fueron, para las distintas generaciones de entonces, un momento donde además de dirimir nuestras preferencias deportivas, debatíamos los pormenores de “la política”, que occidente había logrado inmiscuir de manera determinante.
Con la excusa de “la invasión soviética a Afganistán”, Estados Unidos logró que decenas de países se sumaran al boicot que su gobierno, presidido por Carter, había decidido imponer a los Juegos Olímpicos, que finalmente se desarrollarían en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
El 19 de julio de 1980 se llevó a cabo la ceremonia inaugural de los XXII Juegos Olímpicos en Moscú, capital de la Unión Soviética, que se extendieron hasta el 3 de agosto de 1980. La mascota oficial de los Juegos de Moscú fue “Misha”, el osito cuya fama perdura hasta hoy. Fue la primera vez en la historia que se elegía una mascota.
Participaron 5.179 atletas (4.064 hombres y 1.115 mujeres) de 80 países. Se disputaron 21 modalidades y estaban en juego 204 preseas: 150 en modalidades individuales, y el resto en equipos. Hay que destacar que pese a la gran ausencia de países fuertes, la URSS sumó a su bagaje 74 plus-marcas olímpicas, 39 récords europeos y 36 récords mundiales.
"Para la Unión Soviética era un gran desafío, porque por primera vez le tocó a Moscú y a otras ciudades soviéticas acoger unos juegos de talla planetaria", dice al respecto quien entonces era un estudiante de Filología de la Universidad Lomonósov, de Moscú, y quien hoy es Responsable de las emisiones de Radio Sputnik en español, Víctor Sújov. Las otras ciudades donde se disputaron algunas competencias fueron Leningrado, Tallin, Kiev y Minsk.
Sújov detalla que pese al boicot impuesto por EE.UU., y al que se sumaron muchos países, llegaron a la capital soviética un montón de delegaciones de los cinco continentes. "Y si hablamos por ejemplo de la participación latinoamericana, era bastante nutrida: Brasil, Venezuela, Guatemala, República Dominicana, Colombia, Costa Rica, Cuba, México, Nicaragua, Perú, Ecuador, estuvieron presentes en la cita de Moscú". Entre las ausencias más destacadas, aparte de la de EEUU, recuerda las de Canadá, Japón y China.
Fernando Schwartz tenía tan solo 20 años cuando le tocó la increíble oportunidad de realizar la cobertura de los Juegos para la TV mexicana. "Estuve en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980 como periodista de la televisión mexicana. Estuvimos transmitiendo a lo largo de los 16 días en vivo para México", contó Schwartz sobre aquellos inolvidables días. "Recuerdo como si fuera ayer las lágrimas del oso Misha en la ceremonia de clausura", agregó.
La Unión Soviética quedó en lo más alto del medallero olímpico con 195 medallas, 80 de oro, 69 de plata y 46 de bronce. Detrás se ubicó la República Democrática de Alemania con 47 de oro, 37 de plata, 42 de bronce, y un total de 126 medallas. Completó el podio Bulgaria con un total de 41 medallas, 8 de oro, 16 de plata y 17 de bronce. Detrás se ubicaron Cuba con 20 medallas (8 oro, 7 plata, 5 bronce), Italia 15 medallas (8 oro, 3 plata, 4 bronce), Hungría 32 medallas (7 oro, 10 plata, 15 bronce), Rumania 25 medallas (6 oro, 6 plata, 13 bronce), Francia 14 medallas (6 oro, 5 plata, 3 bronce), Gran Bretaña 21 medallas (5 oro, 7 plata, 9 bronce), y en el décimo lugar Polonia con 32 medallas (3 oro, 14 plata, 15 bronce).
Los deportistas de la Armenia Soviética también hicieron su aporte para que la URSS ocupara el primer puesto. Yuri Vardanian (levantamiento de pesas) y Eduard Azarian (gimnasia por equipo) obtuvieron medallas de oro. Yurik Sarkisian (levantamiento de pesas), Sirvart Emirzian (natación-saltos ornamentales) y Ashot Karaguian (esgrima) conquistaron medallas de plata. Ashot Karaguian (esgrima), Davit Hampartzoumian (natación-saltos ornamentales) y Jorén Hovhannisian (selección fútbol masculino), subieron al podio ganando sendas medallas de bronce.
La de Moscú fue la primera Olimpiada que se celebró en un país socialista. Sirvió, entre otras cosas, para derribar algunas de las mentiras que por entonces circulaban en occidente, como la escasez de productos o la situación de pobreza de la población soviética. El mundo fue testigo de la capacidad y la calidad del sistema soviético.
Desde lo deportivo, fue llamativa la cantidad de récords que se consiguieron con muchos menos países participando. En ese sentido, se sobrepasó holgadamente los récords alcanzados en los anteriores Juegos de Montreal.
Entre algunas perlitas que dejaron estas olimpíadas, el soviético Alexander Ditiatin fue el primero en conseguir 8 medallas en una olimpiada (tres de oro), pero lo increíble fueron las seis medallas que logró en un mismo día. Por su parte, el legendario cubano Téofilo Stevenson fue el primer boxeador que consiguió ganar tres veces consecutivas la misma categoría (superpesados).
En fútbol, el oro fue para Checoslovaquia, que en la final le ganó 1 a 0 a Alemania Democrática. Por el tercer puesto, la Unión Soviética, con goles de Serguey Andreev y Jorén Hovhannesian, le ganó 2 a 0 a Yugoslavia.
Un poco de historia
Antes de terminar la nota quiero contarles algo de la célebre “invasión soviética a Afganistán”, que muchos siguen repitiendo hasta hoy sin conocer nada de lo que pasó o quizá habiendo leído “la versión oficial”, que no es más que aquella que elaboraron y narraron los medios que estaban y están al servicio de poder político, militar y financiero dirigido por Estados Unidos.
El 17 de abril de 1978, Mir Ali Akbar Kaibar, destacado militante del Partido Democrático Popular de Afganistán fue asesinado por agentes del gobierno de Daud, lo que desató una ola de protestas con miles de personas en las calles. Otros dirigentes del PDPA también fueron encarcelados, como Nur Muhammad Taraki y Babrak Karmal. Sin embargo, otros importantes dirigentes opositores lograron organizar un levantamiento armado.
En la noche del 27 al 28 de abril, unidades militares irrumpieron en el palacio en el corazón de Kabul. Con la ayuda de la fuerza aérea, las tropas sublevadas vencieron la resistencia de la Guardia Presidencial. Daud murió durante el ataque.
El 30 de abril de 1978, Nur Muhammad Taraki fue elegido presidente del Consejo Revolucionario y primer ministro, aunque dentro del partido existía una importante división entre la facción radical Jalq y la moderada Parcham.
El gobierno de Taraki comenzó a aplicar un programa de profundas reformas, inició una campaña de alfabetización, por primera vez en las escuelas se enseñó en las lenguas nativas de los alumnos y también asistían mujeres, implantó una reforma agraria y separó la religión del Estado, eliminó el cultivo del opio, legalizó los sindicatos y estableció una ley de salario mínimo. También promovió la igualdad de derechos para las mujeres: permiso de no usar velo, permiso de transitar libremente y conducir automóviles, abolición de la dote, integración de mujeres al trabajo y a estudios universitarios, así como a la vida política con cargos públicos (e incluso siete mujeres fueron elegidas al parlamento).
Estas reformas llevadas adelante por el gobierno, desencadenaron el descontento y la violenta oposición de los fundamentalistas islámicos con el apoyo armado de Pakistán, Estados Unidos, Reino Unido y Arabia Saudita, que ya intervenían clandestinamente desde 1973. Una alianza que llega hasta nuestros días y que parió, entre otros, a Osama bin Laden, aliado-enemigo de los yanquis hasta su muerte (según la ocasión), y a grupos que ganaron el protagonismo que necesitan el imperialismo, el sionismo y los saudíes, para justificar el terrorismo de Estado, y las guerras, la opresión, el saqueo y los crímenes en los que están involucrados desde hace décadas.
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