Conociendo a la "Madre Armenia": la mujer detrás de la icónica estatua de Ereván
Un encuentro casual en un mercado que cambió la vista de la capital. Un secreto familiar de 40 años. Genya Muradian, la modelo de Mayr Hayastan.
*Por Amos Chapple para The Armenian Mirror Spectator
En el otoño de 1960, Genya Muradian y su madre fueron de compras al centro de Ereván, sin saber que esa salida cambiaría la vista de asu ciudad. Mientras las dos mujeres esperaban en la fila para pagar una bolsa de tomates, Muradian notó que un hombre con bigote la miraba con tanta intensidad, que la adolescente asustada se lo señaló a su madre. Después, su madre volvió a colocar los tomates en su bandeja y salió de la tienda, agarrando de la mano a su hermosa hija. Afuera, en la calle, esta persona se acercó a los dos, se disculpó y se explicó.
El hombre se llamaba Ara Harutiunian y recientemente le habían encargado la creación de una epopeya escultórica que reemplazaría al monumento a Stalin de la capital. El artista buscaba una mujer que pudiera representar visualmente el poder de la maternidad y la "patria armenia", y en Genya Muradian creía haber encontrado exactamente ese arquetipo.
Sesenta y un años después de ese encuentro, Genya, de 78 años, que hoy vive en un apartamento en el centro de Ereván, explicó lo sucedido después del extraño encuentro: "Mi madre se negó de inmediato. Entonces el escultor dijo: 'Está bien. Bueno, si cambias de opinión, aquí tienes mi número de teléfono'". Cuando el hermano de Muradian se enteró del encuentro en el mercado, intervino con entusiasmo. Harutiunian, el famoso artista que su hermana conoció, había sido su profesor de la Universidad Terlemezyan de Bellas Artes.
Más tarde, hermano y hermana visitaron el estudio de Harutiunian y Muradian posó, de pie con una mano en la cintura durante la primera de cuatro o cinco sesiones con el artista. Ella dijo que no está segura sobre el material utilizado, pero cree que el artista modeló su imagen con arcilla.
La modelo de Mayr Hayastan aseguró que el artista "no era para nada hablador" y que durante las sesiones de poses su concentración "fue tan intensa que fue un poco inquietante". "Cuando te miraba, se sintía como si estuviera viendo dentro de ti", manifestó.
En 1967, se inauguró formalmente el monumento esculpido a la imagen de Muradian. Pero durante 40 años, ella mantuvo como un secreto familiar -sin decírselo ni a su propio marido- que era la modelo de la querida estatua.
Muradian expresó que cuando vio el enorme monumento develado, le preguntó al escultor por qué le habían dado una sola ceja severa. Harutiunian respondió que se tomó una licencia creativa porque "es el símbolo de una mujer fuerte y esa es la fuerza que veía en ella".
Genya, que trabajaba como profesora de idioma ruso, aseguró que el monumento la ayudó a atravesar algunos de los períodos difíciles de su vida, en parte debido a lo que le transmitió el escultor. La docente -ahora jubilada- explicó que Ara Harutiunian vio poder en ella, pero que no lo sentía: "Me sentí débil y fácil de convencer…. Pero fui elegida como una imagen de fuerza, así que al mirar el monumento recordaba que tenía que ser igual de fuerte. Eso me ayudó a darme el coraje que necesitaba a lo largo de mi vida".
Hoy, Muradian observa el Mayr Hayastan desde su departamento la mayoría de los días "como si fuera un miembro de la familia" y admira con placer las diferentes técnicas utilizadas para iluminar la figura de la cima de la colina durante las fiestas nacionales. Ella sostuvo que se molesta al ver que la estatua no se limpia o no se cuida de la misma manera que se mantienen muchos otros en Ereván.
Durante la reciente agresión desatada por Azerbaiyán, Muradian afirmó que sintió "dolor físico" a medida que avanzaban las noticias y vio a las madres llorar a sus hijos. Dijo que entiende por qué muchos jóvenes armenios están abandonando su país, pero espera que más puedan buscar "crear prosperidad en la patria" en lugar de irse a vivir en el extranjero.
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* Fotógrafo e investigador de imágenes nacido en Nueva Zelanda con un interés en la antigua URSS.
Fuente: The Armenian Mirror Spectator
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