El arzobispo Kissag Mouradian cumplió 50 años en la iglesia armenia
En 1975, llegó a Buenos Aires para servir en la catedral San Gregorio El Iluminador. Más tarde, Vazken I lo consagró obispo y lo designó Primado de la diócesis de la Argentina y Chile.
Por Carlos Manoukian para Clarín La Iglesia Armenia y su feligresía en el país celebran los 50 años del sacerdocio de su pastor, el arzobispo Kissag Mouradian. Nacido en Alepo, Siria, en 1951, ingresó en 1963 al seminario del monasterio de los Dos Santiagos dependiente del Patriarcado Armenio de Jerusalén. En 1971 fue ordenado sacerdote célibe. Llegó a Buenos Aires en 1975 para servir en la catedral armenia San Gregorio El Iluminador. En 1987 se graduó en Periodismo. Sus artículos en armenio y castellano siempre fueron muy valorados. Su manejo de lenguas extranjeras le permitió enriquecerse y enriquecer a través de la palabra oral y escrita.
El 7 de octubre de 1990, en la catedral de la Santa Sede de Echmiadzin (República de Armenia), el Patriarca Supremo y Katolikós de Todos los armenios Vazkén I, lo consagró obispo y lo designó Primado de la diócesis de la Argentina y Chile. Alcanzó el rango arzobispal en setiembre de 1996, por bula de Su Santidad Karekín I. Los títulos nunca lo alejaron de la feligresía, cuyo afecto y consideración se acrecentó con el paso de los años.
Promotor del movimiento ecuménico, en el período 1998-2002 fue presidente de la Comisión Ecuménica de las Iglesias Cristianas en la Argentina (CEICA) y reelegido para el período 2004-2006. Es autor de páginas literarias y de traducciones de literatura religiosa y libros de oraciones.
Su amistad con Jorge Bergoglio recorrió el camino de la predicación, la valoración de la oración y la sensibilidad por los necesitados. Su mensaje de fe fortaleció la valoración del Papa Francisco hacia el camino de fe y el martirologio de la Nación Armenia, que el pontífice homenajeó con su histórico viaje a Armenia en 2016, con la misa del centenario del genocidio en Roma y la elevación de San Gregorio de Narek a “doctor de la Iglesia Universal”. El arzobispo armenio asistió a esas ceremonias históricas.
El arzobispo Mouradian demostró su seria preocupación y condenó las agresiones contra sacerdotes, catedrales, iglesias y monasterios medievales armenios durante el ataque conjunto de fuerzas de Azerbaiyán y Turquía en Nagorno-Karabaj. Su familia había sobrevivido al genocidio de 1.500.000 armenios cometido por Turquía en 1915, y las atrocidades vividas por sus mayores se repetían a fines de 2020 como consecuencia de similares intentos de limpieza étnica. La destrucción de iglesias, la profanación de los cementerios, la quita de las cruces de los templos y el uso de las cruces medievales en piedra, verdaderas joyas del arte cristiano, para la construcción, son demostraciones de desprecio por la vida y el patrimonio religioso en aras del odio y el racismo indiscriminados.
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Fuente: Valores Religiosos
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