"Una acción muy trasnochada": ¿por qué los golpistas no pudieron doblegar al gobierno de Bolivia?
Cuando nadie se lo esperaba, militares tomaron la Plaza Murillo, en el centro de la ciudad de La Paz. Derribaron la puerta de la Casa de Gobierno con un vehículo blindado pero no pudieron doblegar al presidente Luis Arce, quien pudo desarticular el intento de golpe de Estado.
Por Sebastián Ochoa, desde Bolivia, para Sputnik
Bolivia vivió uno de los días más extraños de su historia democrática. Este 26 de junio, mientras el presidente Luis Arce desarrollaba su agenda con normalidad, la Plaza Murillo fue invadida por cientos de militares, quienes reprimieron con gases a la población allí presente y echaron abajo la puerta del Palacio Quemado para luego intentar tomar el Órgano Ejecutivo.
Los militares fuertemente armados ingresaron bajo el liderazgo del entonces jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el general Juan José Zúñiga. En medio del tumulto, el presidente Luis Arce le ordenó retirarse junto con los soldados que lo acompañaban, orden que fue desobedecida. El líder de los sublevados pidió la liberación de la expresidenta de facto, Jeanine Áñez, junto con la de otros "presos políticos" involucrados en el golpe de Estado de 2019.
Finalmente, los militares se retiraron del edificio y, momentos después, el Gobierno de Arce nombró a los nuevos titulares de las Fuerzas Armadas. Al anochecer, Zúñiga fue detenido.
Sputnik consultó a referentes de diferentes sectores políticos, quienes aportaron elementos para analizar este complejo panorama.
"Es una situación confusa a mi criterio. He vivido golpes de Estado desde muy joven, y esta intentona tiene características peculiares", dijo a Sputnik Ruth Llanos, presidenta de la Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Mártires por la Liberación Nacional (Asofamd), organización creada en la década de 1980 para exigir justicia por las víctimas de las sucesivas dictaduras militares que arreciaron en Bolivia durante la segunda mitad del siglo pasado.
La presidenta de Asofamd es viuda de Ricardo Navarro, uno de los dirigentes políticos asesinados por militares en la llamada Masacre de la calle Harrington, cometida en 1981 en la ciudad de La Paz.
Llanos detectó en la sublevación de Zúñiga "rasgos de continuidad con el golpe de 2019. Él participó de ese golpe, fue parte de esa ruptura institucional. Es muy raro que haya sido nombrado comandante cuando no le correspondía".
En este sentido, "cuando esta misma tarde pidió la liberación de (Jeanine) Áñez, de Camacho (Luis Fernando, gobernador de Santa Cruz) y de otros militares que se declararon culpables por su participación en el golpe de 2019, está mostrando que representa una continuidad de lo sucedido en ese año", evaluó Llanos.
La mano de la Embajada de Estados Unidos
Días atrás, la Cancillería de Bolivia citó a la encargada de negocios de la Embajada de Estados Unidos, Debra Hevia, por supuestos actos de injerencia en la política interna boliviana. La presidenta de Asofamd trazó un punto de unión entre ambos hechos.
"Creo que la embajada siempre se ha entrometido, no solamente ahora", apuntó. También explicó que este organismo de EEUU opera en Bolivia a través de varias organizaciones de la sociedad civil, las cuales dicen defender los derechos humanos.
En diálogo con Sputnik, el analista político Marcelo Arequipa indicó que "hay varios actores que se han prestado a los planes de la embajada norteamericana, que han formado parte activa de este plan". Según el experto, este plan golpista se comenzó a gestar "varios meses atrás".
"Por varias razones creo que hay una organización por detrás, que ha sido bastante notoria y evidente, dirigida a culminar en lo que hoy ha ocurrido. Ese escenario no fue espontáneo, ha sido planificado", agregó.
El pasado lunes, el exjefe del Estado Mayor dijo en una entrevista televisiva que el expresidente Evo Morales (2006-2019) no podía volver a postularse a un mandato presidencial. Y que si avanzaba en ese propósito, los militares lo detendrían.
Estas declaraciones no cayeron bien al presidente Arce, quien ya tenía decidido remover a Zúñiga de su cargo.
Arequipa resaltó que en 2025 habrá elecciones presidenciales, por lo cual es de esperar "que el proceso democrático se mezcle con movimientos extraños como este, que no son menores. El país entero debe estar alerta de aquí en adelante, porque ninguno de estos movimientos son espontáneos".
Repudio unánime
Los líderes de todo el arco político boliviano dejaron de lado sus diferencias para repudiar el intento de golpe de Estado orquestado por Zúñiga. Se manifestaron en este sentido Morales, el también expresidente y referente de Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Mesa (2003-2005) e incluso la expresidenta de facto Jeanine Áñez, actualmente en prisión.
"No debe haber un líder que deje un margen de duda al pronunciarse sobre estos hechos. El apoyo debe ser unísono. La democracia está por encima de las diferencias discursivas e ideológicas. La democracia es el patrimonio que debemos cuidar todos los bolivianos, de un lado o de otro", dijo a Sputnik el analista Álvaro del Pozo.
¿Por qué falló este intento de golpe? Para del Pozo "[al intento] podemos calificarlo como un motín más que un golpe, porque evidentemente no había ninguna coordinación a nivel nacional".
Mientras el exjefe militar atacaba la Casa de Gobierno, hacía llamadas por teléfono. Durante esta tarde, la población boliviana estuvo pendiente de la actitud que tomarían los cuarteles de todo el país. Finalmente, nadie se sumó.
"Los que hemos vivido tantos golpes de Estado, sabemos que de inmediato las unidades militares se pronuncian en apoyo, lo cual no sucedió en este caso. Creo que ha sido una acción muy trasnochada, que no ha calculado que no la apoyarían ni la clase política ni la sociedad", sostuvo el analista.
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