Como Artsaj, Transnistria es víctima del ataque de Occidente a Rusia
La república que atraviesa por un proceso similar a Artsaj, ahora se ve sometida por el accionar anti-ruso de las autoridades moldavas, quienes a su vez enfrentan fuertes manifestaciones de protesta en su propio país.
Redacción NOR SEVAN
Alexander Rosenberg, jefe de gobierno de la ex República Moldava de Pridnestrovie (República de Transnistria), que como la República de Artsaj (Karabaj) no ha sido reconocida aún internacionalmente, dijo que las autoridades de la república se están preparando para una situación de falta de gas y electricidad en el país.
"Estamos considerando diferentes escenarios en caso de falta de gas y electricidad. Puede haber diferentes situaciones y debemos tomar medidas acordes a cada una de ellas. Hoy hemos comprado un importante lote de carbón", dijo el primer ministro, quien volvió a criticar a las autoridades de Moldavia por los obstáculos que ponen al abastecimiento de la población local.
Ayer, el primer ministro de Transnistria informaba que "Moldavia retrasó otro cargamento para Pridnestrovie. Esta vez se trata del lote ruso de trigo sarraceno y harina de trigo. Razón formal: el requisito de realizar algún tipo de análisis de laboratorio, que, por cierto, no se lleva a cabo en Moldavia".
Situada georgráficamente entre el río Dniéster y la frontera oriental de Moldavia con Ucrania, Transnistria, cuya capital es la ciudad de Tiráspol, tiene una superficie de 4.163 km² y una población, según el censo de 2021, de 518 mil 700 habitantes. Los idiomas oficiales son el ruso, el moldavo y el ucraniano.
En existencia de la URSS fue una República Autónoma que, administrativamente, dependía de Moldavia, una de las quince repúblicas federadas que conformaban la Unión Soviética. Durante el proceso de desintegración forzada de la URSS y la restauración capitalista, así como las quince repúblicas decidieron separase cada una de las otras catorce, hubo varias repúblicas y regiones autónomas de la URSS que decidieron tomar el mismo camino, entre ellas, Transnistria y Artsaj.
Crecen las protestas en Moldavia
Mientras tanto, en la República de Moldavia continúan desde el 18 de septiembre las masivas acciones de protesta contra el gobierno encabezado por la pro-occidental Maia Sandu.
Miles de personas expresan a diario su descontento, no sólo por la profunda crisis económica y social en la que está inmerso el país, sino también por la política anti-rusa del gobierno central, acusado de ser "títere" de la Unión Europea y los Estados Unidos.
Los manifestantes reclaman indignados por el aumento sin precedentes de los precios del gas, otros recursos energéticos y alimentos, así como por la alta inflación y la caída del nivel de vida. Asimismo, culpan al gobierno de perseguir a los líderes y militantes opositores, principalmente a los comunistas, que en las últimas elecciones lograron casi el 30% de los votos.
"La traición a la patria será castigada severamente. Aquellos que siembran el pánico y quieren la guerra serán castigados por la ley", dijo la europeísta Maia Sandú, acusando a la oposición de "ser agentes de Moscú" y querer derrocarla.
Sondeos de opinión pública en Moldavia indican que un 60% de la población duda que el gobernante Partido de Acción y Solidaridad logre mantenerse en el poder otros tres años hasta las próximas elecciones legislativas. El 70% de los moldavos está decepcionado con la política de las autoridades y el 65 por ciento apoya la idea del cambio de gobierno.
Por otra parte, una encuesta realizada entre el 29 de septiembre y el 11 de octubre por CBS-Research Center for Sociological Researc, da cuenta que alrededor del 60% de los moldavos se opone a la adhesión de la república a la OTAN.
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