Declaración del Partido Comunista de Turquía a un año del terremoto con epicentro en Marash
Hoy, 6 de febrero, se cumplió el primer aniversario del terrible terremoto que azotó parte de Turquía y Siria, causando, según cifras oficiales, más de 53 mil y 6 mil muertos, respectivamente, además de cientos de ciudades y poblados totalmente destruidos.
Recordamos el gran desastre como si fuera ayer.
¿Cómo olvidar a las miles de personas que murieron bajo los escombros mientras el Estado estaba completamente ausente, a quienes fueron desplazadas de sus hogares y abandonadas a la desesperación? ¿Cómo podemos olvidar nuestros barrios, nuestros distritos, nuestro trabajo, nuestra historia?
¿Y podremos olvidar alguna vez por qué se ignoraron por completo las vidas de las personas?
Las licitaciones que se adjudicaron para enriquecer a alguien, los sobornos, los materiales robados de las obras de construcción, los asentamientos no planificados, la ilegalidad y la falta de control provocadas por las amnistías de zonificación, han vuelto a atormentar a nuestros ciudadanos.
Los capitalistas, que están en la cima de este sucio sistema dominado por la economía de mercado; el poder político, que trabaja para sus intereses; todos los actores políticos que no se pronuncian en contra de este sistema y todos aquellos que se benefician de la renta generada, tienen una responsabilidad en esta tragedia.
Hoy en día parece que creen con que ha pasado un año y nuestra memoria se ha debilitado, permitiéndoles seguir su camino y sacarse de encima esta responsabilidad, o piensan que su chantaje dará resultados.
Erdogan declaró que Hatay quedó estancada después del terremoto por razones políticas y los amenazó con nuevas elecciones.
El gobierno presenta como su candidato a alcalde de Estambul al funcionario estatal que era el principal responsable de la zonificación y la planificación urbana en el momento del terremoto, siendo Estambul una ciudad que vive con el temor diario a los terremotos.
La oposición intenta reinstalar como alcalde de Hatay, la ciudad más devastada por el terremoto, a un hombre conocido por su corrupción, delitos de zonificación y estrechos vínculos con contratistas, que ha hecho que la ciudad sea más vulnerable al terremoto con las medidas que tomó durante sus años al frente de la administración local.
A esto se le llama desafiar al pueblo.
Un año después del gran desastre, es descarado presentar a los responsables de todo este sufrimiento como alternativa, a un pueblo cuyo dolor aún es grande. Es un intento de humillar y someter al pueblo, ignorando su voluntad y su honor.
Como no olvidamos a los responsables del 6 de febrero, no nos olvidamos y tomamos nota de quienes ahora se atreven a desafiar a las personas a las que hicieron sufrir.
Es posible que el propio AKP haya olvidado el último número de víctimas que había anunciado al público y haya confundido la verdad y las mentiras. Que se lo pregunten a los ciudadanos que vivieron el terremoto y a quienes trabajaron día y noche para curar las heridas en la región. Las cosas que se han anunciado, las cosas que no se han anunciado y las cosas que no se pueden tapar por mucho que quieran…
Hay una cosa más que no hemos olvidado, que se revela en los momentos más difíciles y está grabada en nuestra memoria desde hace un año. No nos olvidamos de nuestro pueblo, que ha sido glorificado con su resistencia, abnegación y solidaridad ante este cuadro, mientras este sistema social, que se mantiene bajo el reinado del dinero, trae más destrucción, humillación y miseria al pueblo.
Con esta confianza en nuestro pueblo, nuestro país y en nosotros mismos, en el primer aniversario del terremoto del 6 de febrero, recordamos con respeto a quienes perdimos en el terremoto y continuamos luchando para establecer un país con ciudades que nunca más colapsarán.
6 de febrero de 2024
Comité Central del Partido Comunista de Turquía
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