"Dime con quién andas y te diré hacia dónde te llevan"...
Marzo fue un mes intenso en lo que respecta a la política pro-occidental del gobierno de Armenia.
Por Adrián Lomlomdjian
La operación militar de Rusia en Ucrania aceleró algunas cuestiones regionales e internacionales, no sólo en cuanto al desenmascaramiento del rol verdadero de la tríada Estados Unidos-Unión Europea-OTAN, sino también a procesos que venían desarrollándose con cierta lentitud o cuidado, pero de golpe pasaron a sexta velocidad, apretaron el acelerador a fondo e intentan llegar lo antes posible a la meta...
Uno de esos procesos es el que tiene como epicentro el sur del Cáucaso e involucra a muchos y variados actores. Entre algunos de ellos hay coincidencia de objetivos y por eso accionan en común, y entre otros hay acuerdos circunstanciales producto de tener un enemigo común o el mismo titiritero, cuya voluntad deben cumplir como fieles servidores que son.
Allí en el Cáucaso y sus alrededores conviven conflictos irresueltos del pasado con otros derivados de los permanentes objetivos regionales y continentales de las potencias mundiales, que con el paso del tiempo van actualizando, renovando y adaptando. También allí accionan proyectos exclusivistas como los del sionismo y el panturquismo, que mantienen estrechas relaciones de trabajo con los mandamases occidentales.
El genocidio de armenios en el imperio otomano y sus nefastas consecuencias, las relaciones armenio-turcas, la Cuestión de Karabaj, la delimitación y la demarcación de la frontera armenio-azerbaiyana, la presencia activa de Rusia y los intentos permanentes de Occidente por desplazarla y fortalecerse en el Cáucaso, son los distintos conflictos que involucran directamente a los armenios -pueblo y Estado-.
Y a la fecha, lamentablemente, no nos equivocamos en afirmar que tal como sucedió a lo largo de los últimos ciento cincuenta años, la mayoría del pueblo y sus intereses están de un lado, y las autoridades del país, varios sectores de la oposición y grupos minúsculos de la sociedad -pero con poderosos contactos y financiados desde el exterior- están del otro.
Sin ir muy lejos, vemos que desde el inicio de la operación militar de Rusia en Ucrania, y casi sin importarle que Occidente intente avasallar y ahogar a quien es su único aliado estratégico, el gobierno de Armenia realizó un cambio táctico en su práctica política, y lo que intentaba presentar como "coqueteos" permanentes de su sector más pro-occidental, pasó a ser el cumplimiento casi irrestricto de una política de Estado que hasta el momento parecía querer ser mantenida entre bambalinas.
Fue así como marzo nos deja un aumento inusitado de contactos, reuniones y visitas mutuas entre los funcionarios del gobierno armenio y hombres/mujeres de Estado de los Estados Unidos, países europeos u organismos regionales e internacionales, que aglutinan a las fuerzas occidentales dominantes. Y no es que las autoridades armenias hayan cortado las relaciones con Rusia, sino que ante la cantidad de contactos con Occidente, estas adquirieron un viso casi que de "formalidad".
El 31 de marzo llegó a Ereván el Presidente en ejercicio de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), Zbigniew Raun, quien es Ministro de Relaciones Exteriores de Polonia, uno de los países que, junto a los Estados Unidos, ocupa los primeros escalones en el podio del antirrusismo.
También hoy, pero en Bruselas, el secretario del Consejo de Seguridad de Armenia, Armén Grigorian, se reunió con el asistente del presidente de Azerbaiyán, Hikmet Haji, en un encuentro organizado por el Representante Especial de la Unión Europea (UE) para el Cáucaso Meridional, Toivo Klaar.
La semana pasada, el mismo Grigorian viajó a Berlín para reunirse con Jens Plotner, asesor de seguridad y política exterior del canciller alemán Olaf Scholz, con quien discutió la agenda de las relaciones Armenia-Alemania y Armenia-UE, así como cuestiones de seguridad regional y mundial.
También marzo no sólo fue un mes plagado de actividades para el Ministro de Asuntos Exteriores de Armenia, Ararat Mirzoyan, sino que fue un período sin precedente en cuanto a encuentros diplomáticos con funcionarios occidentales -incluidas las ahora comunes y frecuentes conversaciones telefónicas-.
-Este mes, Mirzoyan viajó a París (Francia), Antalya (Turquía), Bruselas (Béligica) y Tiflis (Georgia).
-El 4 de marzo mantuvo una conversación telefónica con James Clairley, Secretario de Estado del Reino Unido para Europa y América del Norte.
-El 11 de marzo se reunión con Alexander Schalenberg , Ministro Federal de Asuntos Europeos y Exteriores de Austria.
-El 12 de marzo participó del Foro Diplomático de Antalya, y allí mantuvo reuniones bilaterales con el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell , con el Ministro de Asuntos Exteriores de Turquía Mevlut Chvushoglu y con el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia Sergey Lavrov .
-El 16 de marzo, en París, se reunió con la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay.
-El 17 de marzo, en Bruselas, mantuvo una reunión con el Secretario General Adjunto de la OTAN, Mircea Joanna.
-El 18 de marzo, conversó telefónicamente con el ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Yves Le Drian.
-El 21 de marzo se entrevistó telefónicamente con el canciller ruso Sergei Lavrov.
-El 24 de marzo tuvo lugar una conversación telefónica con el Viceprimer Ministro y Ministro de Asuntos Exteriores de Georgia, David Zalkaliani , y el mismo día, una conversación telefónica con la Vicesecretaria de Estado para Asuntos Europeos y Eurasiáticos de los Estados Unidos, Karen Donfried.
-El 25 de marzo se reunió con el Representante Personal del Presidente en ejercicio de la OSCE, Andrzej Kasprzyk.
-El 28 de marzo recibió al copresidente estadounidense del Grupo de Minsk de la OSCE, Igor Khova; a la Embajadora de Estados Unidos en Armenia Lynn Tracy, a la Embajadora de Francia Anne Louyot, al Embajador de Rusia Sergey Kopirkin.
-El 29 de marzo, en Tiflis, se reunió con el Viceprimer Ministro de Georgia, el Ministro de Relaciones Exteriores David Zalkaliani y el Primer Ministro de Georgia Irakli Garibashvili.
Ante este accionar inocultable, que despertó la queja de un sector importante de la sociedad y del espectro político nacional, Ereván sostiene que la tarea principal es evitar -utilizando los canales diplomáticos- una nueva escalada bélica provocada por Azerbaiyán. Y, oficialmente, dicen que es justamente eso lo que están haciendo las autoridades armenias: llamando la atención de las organizaciones internacionales sobre las acciones de Azerbaiyán, para presionar a Bakú a volver a la agenda de paz. "En la situación actual, el Consejo de Seguridad considera necesario reafirmar la posición previamente expresada por la República de Armenia y ofrece a la República de Azerbaiyán iniciar de inmediato negociaciones sobre un acuerdo de paz integral", dice el comunicado difundido recientemente.
Mientras, en los últimos días aviones de combate rusos estacionados en el aeropuerto militar de Erebuní volaron a lo largo de la frontera entre Armenia y Azerbaiyán, en un claro mensaje enviado a Bakú. Estos vuelos se iniciaron inmediatamente después del último ataque azerbaiyano en Karabaj y de que el Ministro de Defensa de Azerbaiyán diera la orden a sus hombre de realizar ejercicios militares y estar preparados para el uso inmediato de los equipos y materiales bélicos que poseen. La primera respuesta de Rusia demuestra que en caso de desestabilización, recurrirá a medidas drásticas. Y según los especialistas, las capacidades de la 102 base militar rusa, emplazada en la frontera armenio-turca, son más que suficientes.
Por otra parte, la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán emitió un comunicado oficial mostrándose nuevamente cerca de Armenia. "Cualquier incursión militar en el territorio de Armenia será respondida por las fuerzas armadas iraníes. La República Islámica de Irán ha declarado repetidamente que no permitirá ningún cambio de fronteras en los países vecinos", enfatiza la Declaración difundida por el canal oficial en Telegram de la GRI de Irán.
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