¿El pueblo de Artsaj lucha en soledad?
Muchos armenios, lejos de sumar a la lucha del pueblo de Artsaj, reclaman y "expresan su solidaridad" con "agenda propia", sin tener en cuenta las decisiones del pueblo karabají y las del gobierno encabezado por Harutiunian.
Por Adrián Lomlomdjian
Occidente (Estados Unidos-Gran Bretaña-Unión Europea-OTAN) y sus aliados regionales Turquía e Israel, continúan tratando de cumplir cada uno su propio objetivo. Y mientras van haciéndose camino al andar, coinciden -principalmente- en atacar y agredir permanentemente a Rusia, y en golpear al mismo tiempo a Irán y China.
“El mundo no se organiza solo. Si Estados Unidos no está liderando y organizado, entonces lo hará otro o no lo hará nadie. Ninguna de estas dos opciones son buenas para nosotros”, resumió el secretario de Estado, Antony Blinken, durante una rueda de prensa para hacer balance del año.
“Así estamos”, agregamos nosotros, los miles de millones de hombres y mujeres que habitamos los cinco continentes y sufrimos a diario “la organización estadounidense”. Y así como el imperialismo norteamericano se atribuye derechos sobre el planeta, sus socios lo hacen en menor medida, con la complacencia del amo, quien lo aprovecha a su favor.
“Tenemos hermanos en Karabaj y hemos venido a ayudar. Lo mismo hemos hecho en Libia. Donde están nuestros hermanos, está Turquía”, afirmó el autoproclamado sultán Erdogan, quien está en plena campaña para ser reelegido presidente de Turquía y es un aliado estratégico para los norteamericanos, británicos, europeos e israelíes, más allá de algunos desacuerdos coyunturales que provocan desavenencias circunstanciales.
El vocero presidencial turco, Ibrahim Kalin, también hizo declaraciones tratando de mostrar que su país es un protagonista de peso en la mesa de negociaciones a escala internacional. “Estamos tan preocupados como Bakú por algunas declaraciones pro-armenias de Irán y lo estamos discutiendo con la parte iraní”, enfatizó el portavoz de Erdogan.
Sigue llamando poderosamente la atención que la Unión Europea -como por arte de magia- se haga acreedora de la confianza de una parte del pueblo armenio, a pesar de las traiciones y la indiferencia manifestada a fines del siglo 19 y principios del 20, fundamentales para que los Jóvenes Turcos perpetraran el genocidio de armenios y de otros pueblos del imperio otomano. Recordemos, entre otras cosas, que los alemanes y británicos fueron aliados de los turcos genocidas, y que los franceses huyeron y dejaron indefensa frente a las hordas criminales a la población armenia en Cilicia. Sin embargo hoy, con un par de declaraciones condenatorias del accionar azerbaiyano y utilizando cierta terminología “contundente”, la gran familia de Estados europeos vuelve a montar una puesta en escena que esconde la verdad e hipnotiza a varios armenios y armenias de Ereván y alrededores, y también de las comunidades diaporeanas, como la argentina.
Hace apenas unos días atrás, cuando comenzaba el bloqueo de la carretera que comunica Karabaj y Armenia, y mientras cortaban el suministro de gas (en pleno invierno) a la población de Artsaj, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen declaraba, en Bucarest, que “Azerbaiyán es un socio confiable de Europa en el campo de la energía”. Lo hacía, mientras firmaba con Aliyev y los presidentes de Georgia, Rumania y Hungría, un acuerdo de cooperación estratégica en el campo de las energías renovables. “Este documento acerca a la Unión Europea aún más a nuestros socios en el sur del Cáucaso", enfatizaba Ursula von der Leyen, dejando en claro quienes forman parte del mismo equipo.
Pero parece que algunos no ven la montaña, por más que estén parados frente a ella.
Si bien es cierto que Occidente “crea verdades de la mentira” y “falsea realidades” porque maneja a su antojo las redes sociales y los medios masivos de comunicación -junto a sus repetidoras locales (nacionales, provinciales, comunitarias)-, nuestra historia de vida (desde el genocidio hasta el presente) es la fuente a la que debemos recurrir en búsqueda de aquellas lecciones que nos permitan no caer en las mismas trampas y no repetir los mismos errores.
Pero en la propia Europa hay quienes ven lo que muchos otros parece que no pueden. El periódico alemán Bild se refirió a la importación de energía desde Azerbaiyán a la Unión Europea con una editorial que dice: “Priva a la gente de energía y comida, pero la Unión Europea lo elogia y lo considera socio confiable”, haciendo referencia al presidente azerbaiyano Ilham Aliyev. “Este nuevo socio de la Unión Europea es un dictador, que está en guerra con su vecino y no tiene reparos en privar a los civiles de electricidad y alimentos”, agregó.
También en Artsaj ven las cosas con bastante mayor claridad.
“Esto no es más que un desafío al mundo civilizado. Un pueblo se muere de hambre, mientras en otros países bailan y los niños esperan a Papá Noel. Nuestros hijos ya no tienen pan para comer, tienen hambre”, escribió en las redes sociales el Canciller de Karabaj, David Babayan.
“El aeropuerto de Stepanakert está listo para recibir aviones medianos. Su reapertura es una cuestión política”, dijo el ministro de Estado de Artsaj, Rubén Vardanian, quien aseguró que “la única solución que nos permitirá vivir en condiciones normales durante los meses de invierno es la posibilidad de abrir un puente aéreo”.
Kegham Stepanian, defensor de los derechos humanos de la República de Artsaj, puntualizó que “frente a la actual situación, el paso concreto más realista es aplicar sanciones contra Azerbaiyán”. Al hacer referencia a las numerosas declaraciones condenatorias emitidas desde Occidente, Stepanian enfatizó: “Los actores internacionales deberían decidir qué es lo que más les importa, si las vidas de las personas hambrientas o los intereses económicos”.
Varios diputados de la Asamblea Nacional de Karabaj recorrieron los distintos poblados del país y mantuvieron reuniones con los ciudadanos. El objetivo de los encuentros, según los parlamentarios, fue entregar a la población información correcta, hablar de las necesidades, intercambiar ideas sobre la organización poblacional en las actuales condiciones y preparar al pueblo para la defensa, en caso de que sea necesaria. Los parlamentarios instaron a la gente a no caer en la trampa y las provocaciones azerbaiyanas, y no sumarse a la propaganda antirusa.
“La Federación Rusa, a través de su presencia en forma de fuerzas de paz estacionadas en Artsaj, es el único factor que garantiza nuestra seguridad y reduce la posibilidad de una guerra a gran escala”, enfatizó el diputado Artur Harutiunian.
Así la cosas, no son pocos quienes afirman que este segundo frente contra Rusia abierto en el Cáucaso Sur, que ha logrado sumar en un mismo bando a los gobiernos de Armenia y Azerbaiyán junto a la coalición Occidental más Turquía e Israel, no pudo aún ser lo monolítico que aspiran sus ideólogos, debido a que el pueblo de Artsaj y una parte importante de la sociedad armenia no se sumaron a la aventura, teniendo bien en claro quiénes son sus aliados y quiénes sus enemigos. Por eso, aún, las provocaciones diarias, los conflictos y las escaramuzas fronterizas no se transformaron en una nueva guerra.
Quizás anticipándose a otro escenario, el Ministerio de Defensa de Rusia anunciaba que su ejército participará este año en los ejercicios militares “Fraternidad indestructible 2023”, que la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) llevarán a cabo en Armenia.
“Se llevarán a cabo los ejercicios conjuntos de los contingentes de paz de la OTSC ‘Fraternidad indestructible 2023’ en territorio de Armenia”, informaba el ministerio de Defensa ruso en un comunicado oficial difundido el pasado 1 de enero.
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