El vergonzoso Tratado de Batum
En 1918, las autoridades del Imperio Otomano y del gobierno de la FRA-Tashnagsutiún firmaron este tratado. Así, nació la República de Armenia.
Por Adrián Lomlomdjian
Los escribas de las corrientes antisoviéticas de las colectividades armenias asentadas en decenas de países -comúnmente denominadas Diáspora- lograron imponer en las sucesivas generaciones una idea romántica de la Primera República Armenia, nacida el 28 de mayo de 1918 (gracias a la Revolución Socialista de Octubre, hecho éste que jamás mencionan).
Y más. Hasta la fecha suelen insistir, casi como un acto reflejo, que el triunfo de las fuerzas revolucionarias, la instauración del poder soviético y la construcción de la sociedad socialista, significaron la caída del "sistema democrático" en el país y la pérdida de la libertad y la independencia para el pueblo armenio.
Es decir, para estas personas -que repiten estas frases en las escuelas armenias, en notas periodísticas, artículos y libros, entre otros medios- su antisovietismo las lleva a aseverar que sólo el capitalismo (sistema injusto, inhumano, genocida, explotador y expoliador) es garantía de democracia, libertad e independencia.
Nada más falso que ésto.
Pero volvamos a Armenia, a los acontecimientos históricos que determinaron la creación de la república y su posterior sovietización, entendiéndose por ello, el comienzo de la etapa de liberación nacional y social del pueblo armenio, que en confraternidad y paz con los otros pueblos hermanos de la URSS, comenzaron a construir la sociedad socialista.
Decíamos, que el 28 de mayo de 1918 nacía la República de Armenia. Y lo hacía en un contexto por demás complejo, donde sucedió o sucedían acontecimientos tales como: sublevaciones hacia el interior de los imperios zarista y otomano, primera guerra mundial, genocidio armenio, triunfo de la revolución socialista en Rusia, agresión de 18 potencias extranjeras para derrotar al gobierno soviético, luchas interétnicas, surgimiento de los Estados nacionales y reparto de territorios, apropiación de las riquezas naturales por parte de las potencias imperialistas, entre varios hechos.
Durante sus primeros años de existencia, el gobierno de Armenia estuvo en manos de la Federación Revolucionaria Armenia-Tashnagtsutiún, un partido de centroizquierda, adherida a la Segunda Internacional, que había nacido como fuerza revolucionaria que luchaba contra la opresión de los otomanos y los zares, pero que con el correr de los años fue tejiendo todo tipo de alianzas, que la llevaron a compartir objetivos con los Jóvenes Turcos, los musavatistas y los mencheviques, y también a confrontar con ellos cuando las potencias occidentales -principalmente Estados Unidos, Gran Bretaña o Francia- les hacían alguna promesa.
La FRA-Tashnagtsutiún llegó al gobierno en Armenia -así como los musavatistas en Azerbaiyán y los mencheviques en Georgia-, luego de acordar con yanquis, franceses, ingleses, alemanes y turcos otomanos, disolver el Seim de Transcaucasia, separar el Cáucaso de la Rusia Soviética y crear las Repúblicas de Georgia (el 27 de mayo de 1918), de Azerbaiyán (27 de mayo de 1918) y de Armenia (28 de mayo de 1918).
Pocos días después, el 4 de junio de 1918, los gobiernos de estas nuevas tres repúblicas firmaron por separado con el gobierno turco -el mismo que había planificado y perpetrado el genocidio armenio- el Tratado de Batum: un acuerdo de paz y amistad con el Imperio Otomano, donde se establecían los límites de cada uno de los nacientes Estados Nacionales.
En el caso particular armenio, el Tratado de Batum fue firmado por Hovannés Kachaznuní, Alexander Jadisian y M. Babachanov, todos miembros del gobierno, y por el Imperio Otomano lo hicieron Khalil bey y Vehip Mehmed pashá.
Según el Tratado, Armenia quedaba reducida a 10 mil kilómetros cuadrados, Turquía se comprometía a ayudar al gobierno armenio a restablecer el orden en caso de problemas internos (un artículo dirigido contra el movimiento revolucionario armenio), el gobierno armenio se comprometía a no permitir en su territorio grupos armados antiturcos, el control del ferrocarril lo hacían lo turcos, los armenios debían retirar sus grupos armados de Bakú -así se hizo, entraron los turcos otomanos y los musavatistas, realizaron matanzas masivas, cayó el gobierno soviético conocido como la Comuna de Bakú encabezado por el comunista armenio Stepán Shahumian, quien junto a los otros 25 comisarios fue fusilado-.
El Tratado de Batum, que fue el primer acto internacional firmado por las autoridades de la naciente República de Armenia, significó la renuncia de los armenios a sus derechos sobre los territorios de la llamada Armenia Occidental, bajo ocupación y dominio otomano. Esta situación, incluso, fue señalada por uno de los cabecillas del triunvirato genocida otomano, quien aseveraba que lograron crear una Armenia fuera del territorio otomano y así terminaba la llamada causa armenia.
El General Antranik Ozanian, héroe nacional del pueblo armenio, rechazó y repudió la firma de este tratado, negándose a cumplirlo. En su primer acto de gobierno los dirigentes de la FRA-Tashnagtsutiún escribieron una de las páginas más vergonzantes de la historia armenia.
Fuente: La voz armenia
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