Femicidio, un crimen político
Conmoción en la provincia de Santa Fe por el femicidio de una militante feminista.
Por Fabiana Villa y Clara Albisu
La dirigente comunista María Florencia Gómez Pouillastrou, de 35 años, fue asesinada y su cuerpo hallado a la vera de un camino rural el pasado 12 de octubre en la localidad de San Jorge, Santa Fe. Caratulado como femicidio, el brutal crimen conmovió a la sociedad de la ciudad santafesina, a la de los pueblos cercanos, y a la militancia feminista de la provincia. Gómez Pouillastrou, de 35 años y madre de dos hijas pequeñas, era una persona reconocida en su comunidad. Activista feminista y por los derechos de la infancia, «Flor hacia que cada arista de su vida fuera social, tuviera un propósito de combate y de lucha», cuenta Ayelén Beigbeder, vocera de la Federación Juvenil Comunista, La Fede.
Al conocer la noticia de su muerte, todo el pueblo de San Jorge se movilizó exigiendo justicia. Las concentraciones y vigilias se sucedieron desde entonces en distintas localidades de la provincia, y también en Buenos Aires, frente al Congreso de la Nación. Allí donde el ejemplo de Florencia tocó a alguien, hubo reclamos por justicia y homenajes a su memoria. Más de 1.500 organizaciones políticas, sociales y sindicales de Argentina y el exterior adhirieron a una declaración en repudio del crimen y compromiso con su esclarecimiento.
La joven asesinada era responsable de género de la juventud comunista de San Jorge, donde desempeñó su tarea «con rigurosa y profunda ética revolucionaria pero sin perder la dulzura nunca», de acuerdo a sus compañeras. Construyó fuertes lazos comunitarios en la ciudad apostando siempre al crecimiento de las niñeces y las mujeres, participando activamente de merenderos, talleres de lectura, de tejido, de género, de roperos solidarios, huertas comunitarias, actividades diversas que muchas veces eran de su propia iniciativa.
Para Rebeca Barberán, responsable nacional de Géneros de La Fede y amiga de Florencia, «esa cualidad de liderazgo, lejos de los vicios del individualismo y la especulación tan común en espacios de construcción política, hizo que se gane el amor de su comunidad y sus pares». Además, destacó a Gómez Pouillastrou por «la coherencia, el estudio y la disciplina que tenía, que eran rasgos que la caracterizaron y son un ejemplo de templanza para todos los que estamos en espacios de construcción colectiva. Fue una militante abnegada que dispuso su vida y su cuerpo al fin común más hermoso: la libertad del ser humano», completó.
Es justamente por el protagonismo de la joven en estas tareas de construcción política que el Partido Comunista resolvió solicitar su integración a la querella en la causa en la que los fiscales Carlos Zoppegni y Omar de Pedro investigan el femicidio. Será la primera vez que un partido político se presente como querellante por el femicidio de una de sus dirigentes y de ser aceptada, la solicitud constituirá un precedente histórico.
Desde 2012, cuando la inclusión de la figura de femicidio como agravante del homicidio fuera aceptada en el Código Penal, sólo se recuerda un caso similar, aunque no idéntico: la aceptación en 2017 de la querella de una ONG cordobesa en la causa por el femicidio de Yamila Candela Garay, ocurrido un año antes.La decisión del fiscal de la causa se basó en la consideración de que que ese delito, además de afectar directamente a la víctima, trascendía al resto de la sociedad, por lo que la intervención de la Fundación Centro de Protección Familiar aseguraba el acceso a la Justicia, la transparencia del proceso, la prevención y a la asistencia de potenciales víctimas.
Pedro Dinani, abogado y apoderado nacional del Partido Comunista, explica la determinación del centenario partido: «Históricamente, el PC se ha presentado como querellante en defensa de sus militantes antes las agresiones que sufrieron por desempeñar las tareas que les asignó, propias de su activismo. En ese sentido, fuimos querellantes en causas por crímenes de lesa humanidad, como la que del secuestro, tortura y asesinato de Floreal «el Negrito» Avellaneda, también militante de La Fede», historizó el abogado. «Estudiamos la presentación del partido en el femicidio de Flor porque su pertenencia comunista era parte de su identidad tanto como su condición de mujer. Florencia era una militante orgánica del Partido cuyas tareas estaban orientadas a la lucha por la igualdad, dentro del feminismo. Era una convencida del valor de su aporte militante al ejercicio de los derechos de la mujer, y por eso el Partido considera que esa militancia tan destacada no puede ser descartada como móvil del crimen», argumenta Dinani. La querella del partido político estaría fundada en el articulado del Código Procesal Penal santafesino, que establece que cualquier persona física o de existencia ideal que se considere particularmente ofendida por un homicidio puede actuar como querellante. Para los comunistas santafesinos, es obvio que la definición los incluye: «Por la trascendencia de su labor política, Florencia era para el PC dentro de la comunidad de San Jorge una figura central», dice Verónica Juri, abogada del Partido Comunista de Santa Fe y amiga de la víctima. Y concluye: «Queremos coadyuvar con la Justicia en la investigación y la determinación de responsabilidades».
El rol protagónico de los compañeros y compañeras de Florencia, junto a su familia, recuerda a lo sucedido en el caso de Micaela García, otra militante política víctima de femicidio. María Florencia Pouillastrou, era, coincidentemente, la encargada en San Jorge de coordinar la aplicación de la Ley Micaela, sancionada en homenaje a la primera joven.
Quizás uno de los aportes más valiosos de la lucha por la Justicia emprendida por los camaradas de Florencia sea un paso más hacia una subversión del rol que históricamente adoptaron organizaciones políticas, sindicales y sociales frente a la violencia de género y las desigualdades ejercidas contra sus militantes mujeres. Aunque queda mucho camino por recorrer, «querellar en este caso es un paso natural para nosotros, que nos pone a la altura de las circunstancias», concluye Juri al respecto.
Fuente: El cohete a la luna
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