Kaja Kallas aspirante a Alta representante de la UE para la política exterior
La ex primera ministra de Estonia lanzó una amenaza arrogante hacia la República Popular China. Considera que necesita "sentir los costos" por apoyar a la Federación Rusa en el conflicto armado de Ucrania. Así se planta la próxima responsable de política exterior de la UE que sustituye a Josep Borrell en el jardín europeo. En Beijing deben estar temblando, no de frío sino de risa…
Por Juan López Páez
Este 11 de noviembre en una audiencia de tres horas en el Parlamento europeo, la estoniana Kaja
Kallas se dirigió a los eurodiputados en su aspiración para convertirse en la próxima responsable de política exterior de la UE.
Sus funciones laborales son viajar por el mundo como Alta Representante de la UE para asuntos
exteriores y política de seguridad, al mismo tiempo que coordina la política exterior entre 27
capitales nacionales -que a menudo tienen puntos de vista divergentes- y lidera el servicio exterior
de la UE, con problemas de liquidez, desde Bruselas.
En medio de preguntas candentes sobre el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, el
conflicto de Ucrania y el genocidio de Medio Oriente, se mostró desafiante y agresiva respecto a la
Federación Rusa, fervorosa partidaria del régimen de Ucrania, exigente con Estados Unidos como
aliado y cautelosa nadando en dos aguas respecto del conflicto en Medio Oriente. Hizo demostración de su talante rusófobo manifiesto y aguerrido, mencionando la victoria de Ucrania como una prioridad para la UE. En su etapa anterior como primera ministra de Estonia, Kallas fue una de las impulsoras del plan de la UE para proporcionar a Ucrania un millón de municiones.
La ex primera ministra estonia lanzó una amenaza arrogante hacia la República Popular China. Considera que necesita "sentir los costos" por apoyar a la Federación Rusa en el conflicto armado
de Ucrania. Así se planta la próxima responsable de política exterior de la UE que sustituye a Josep
Borrell en el jardín europeo. En Beijing deben estar temblando, no de frío sino de risa…
“Si Estados Unidos está preocupado por China, primero debería preocuparse por Rusia”, dijo Kallas a los eurodiputados. ¿Quizás sea una pista de cómo abordará la administración Trump en el futuro? En cuanto a China, la UE debe tratar al país asiático “más como un competidor y un rival
sistémico”, dijo. “Necesitamos [abordar] las áreas en las que nuestras vulnerabilidades son
mayores, y sabemos cuáles son”.
Una apertura cuidadosamente redactada para la administración entrante de Donald Trump, dijo que el apoyo a Ucrania era de interés para EEUU: “Si Estados Unidos está preocupado por China u otros actores, entonces también debería estar preocupado por cómo respondemos… [a] la guerra de Rusia contra Ucrania, porque vemos cómo Irán, Corea del Norte , China –de manera más encubierta– y Rusia están trabajando juntos”.
En la única referencia al Reino Unido dijo que la UE “fortalecerá nuestra seguridad mutua
trabajando más estrechamente con el Reino Unido”. Cuando se le preguntó sobre cómo debería responder Europa a los estados autoritarios que apoyan a Rusia, dijo que la UE necesitaba señalar a China que su ayuda a Moscú tenía “consecuencias” y “un costo mayor”, pero no ofreció detalles.
Expuso que quería discutir sobre Irán con los ministros de Asuntos Exteriores de la UE, pero dos
veces no respondió a una pregunta sobre si apoyaba la designación de la Guardia Revolucionaria
de Irán (CGRI) como una organización terrorista, un tema que ha dividido a los Estados miembros
durante mucho tiempo.
Junto con la guerra en Ucrania, calificó de “urgente” la situación en Oriente Medio, expresó su
apoyo a una solución de dos Estados y calificó de “desgarradores” los ataques contra civiles y la
infraestructura civil, al tiempo que esquivó los intentos de los eurodiputados de conseguir que
condenara al gobierno de Israel.
Al hablar de la futura cooperación de la UE con África, hizo gala del neocolonialismo europeo,
Kallas prometió “una asociación de iguales” con los estados africanos, así como cooperación para
gestionar la migración. Pero no respondió a preguntas específicas sobre los controvertidos
acuerdos migratorios de la UE con Túnez o Egipto, o el fondo fiduciario de 5.000 millones de euros
para África, que tiene como objetivo disuadir la migración y que recientemente fue objeto de una
crítica mordaz por parte de los auditores de la UE. destinados a detener la migración y apuntalar la
estabilidad en la frontera sur de Europa.
En un informe publicado por el Tribunal de Cuentas Europeo intensificó sus críticas anteriores al
fondo fiduciario de la UE para África, creado en 2015 por los líderes europeos que buscaban frenar
el creciente número de personas que realizan peligrosas travesías marítimas en un intento de
llegar a Europa. Cuestionó si el fondo fiduciario UE-África había logrado su objetivo de “abordar las
causas profundas de la inestabilidad, el desplazamiento forzado y la migración irregular”.
En el marco del alineamiento militarista, habló de la necesidad de fortalecer la industria de defensa de la UE, pero advirtió sobre duplicar el papel militar de la OTAN, Kallas respondió a varias
preguntas sobre Ucrania de los eurodiputados de extrema derecha, que crecieron en número en
las elecciones de junio. En respuesta a una pregunta sobre si Trump “pondría fin a las fantasías”
de que Ucrania ganaría, dijo que los acuerdos que solo trajeran una paz a corto plazo solo traerían
más guerras, citando el acuerdo de Minsk de 2015 después de la anexión de Crimea por parte de
Rusia y la ayuda a los separatistas pro-Kremlin en el Donbass (sic).
Para demostrar cuales son las bases de sus fundamentos ideológicos, Kallas apoyó sus palabras
en las ideas expuestas por un historiador de la Universidad de Yale, Timothy Snyder (1), quien
sostiene que la Federación Rusa debe perder decisivamente para convertirse en “un país europeo
'normal”.
En páginas cedidas por el El País, este historiador norteamericano en julio 2022 reprende con
severidad al filósofo alemán Jürgen Habermas, de la segunda generación de la Escuela de
Frankfurt y uno de los exponentes destacados en la construcción de la teoría de la acción
comunicativa, la ética del discurso y la teoría de la democracia deliberativa, achacaba a Habermas
de recomendar la Besonnenheit (sensatez) alemana para analizar el conflicto de Ucrania.
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