¿La hora de los pueblos?
Rusia aparece en el centro de la escena de lo que podría ser un histórico acuerdo entre el gobierno sirio y la oposición revolucionaria.
Por Adrián Lomlomdjian
Durante los últimos días, entre las habituales noticias que nos hablan, por un lado, del Covid-19 y una posible segunda ola de contagios, y por el otro, de las atrocidades, atropellos, injusticias y desigualdades a los que nos tienen acostumbrados el imperialismo y el capitalismo, hubo una que nos sorprendió gratamente y prendió una luz de esperanza en millones de seres humanos a lo largo y ancho del planeta, principalmente para quienes habitan el convulsionado Medio Oriente y sus regiones aledañas.
Luego de años de idas y vueltas, encuentros y desencuentros, de tratativas secretas y de reuniones de bajo perfil, Rusia recibió oficialmente a la oposición siria, haciendo pública su intensa actividad negociadora desarrollada durante estos años en favor del diálogo necesario para lograr la paz en Siria, salvaguardando la integridad y la soberanía de esa república árabe, tan cercana a los sentimientos de los armenios.
“El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, sostuvo un encuentro con un grupo de figuras de la oposición siria, durante el cual las partes discutieron los problemas actuales de la solución política del conflicto en Siria, informó la Cancillería de Rusia en un comunicado”. Así comenzaba la noticia publicada el 31 de agosto de 2020 por la agencia rusa Sputnik.
"Lavrov confirmó la disposición de Moscú a continuar apoyando un diálogo sirio constructivo e inclusivo, en aras de una pronta restauración y fortalecimiento de la soberanía, la unidad y la integridad territorial de Siria, la formación de condiciones para una coexistencia armoniosa y el desarrollo de todos los componentes étnicos y religiosos de la sociedad", continuaba la información.
La primera reacción de rechazo provino desde Turquía. Ese mismo día. La agencia oficial turca TRT publicaba un comunicado del Ministerio de Exteriores de Turquía, en la que se afirma que “causa preocupación la invitación a la Federación de Rusia de un grupo integrado por los elementos del supuesto ‘Consejo Democrático Sirio’ bajo el mando de la organización terrorista separatista PKK/YPG y su recibimiento a máximo nivel por parte de las autoridades oficiales rusas”.
En una demostración clara de que la hipocresía de la tiranía fascista de Erdogán, como la de muchos otros gobiernos, no tiene límites, en el comunicado se señala que “el PKK/YPG es una organización terrorista que suprime al pueblo local en las regiones en control de facto con una agenda terrorista y separatista, amenaza la integridad territorial de Siria y amenaza la seguridad nacional de Siria”. Justamente Turquía se muestra preocupado por la seguridad y la soberanía territorial de Siria, cuando apoyó y apoya a los verdaderos grupos terroristas ISIS y DAESH e invadió –y aún mantiene ocupado- territorio sirio con sus fuerzas militares.
Una semana después de este encuentro, el Canciller ruso Serguei Lavrov llegaba a Damasco, el lunes 7, junto al Viceprimer ministro ruso Yuri Borisov, para darle continuidad a lo actuado, en este caso, junto a las autoridades sirias.
“Rusia ha prometido al Consejo Democrático Sirio (CDS) mayor apoyo en sus esfuerzos por encontrar una solución política a la crisis siria. La iniciativa del CDS y el Partido de la Voluntad Popular –partido con representación parlamentaria en Siria- para un proceso de solución que ponga fin a la guerra en Siria es ejemplar, aseguró el lunes el canciller ruso Sergei Lavrov en una conferencia de prensa con su homólogo sirio, Walid al-Muallim, en la capital siria de Damasco. Además, hizo un llamado a otras fuerzas en Siria para que sigan la hoja de ruta”, informaba el mismo lunes 7 de septiembre la agencia ANF-News.
En Moscú, ambas organizaciones políticas sirias firmaron un memorando de entendimiento bajo los auspicios del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, que pretende sentar las bases para una Siria de posguerra. El memorando incluye acuerdos importantísimos como la retirada de todas las tropas extranjeras no invitadas por el gobierno sirio, la inclusión de la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria en un futuro orden político de una Siria multiétnica y descentralizada, y la integración de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) en el ejército sirio.
No se equivocó el canciller ruso Lavrov al enfatizar que “esta hoja de ruta es la mejor iniciativa de muchas”. De ponerse en práctica y concretarse, estaríamos ante un acontecimiento histórico, que seguramente marcará a fuego los procesos de negociación que se llevan adelante en otros conflictos.
El mismo lunes, el ministro Serguei Lavrov y el subjefe de gobierno ruso Yuri Borisov fueron recibidos en Damasco por el presidente sirio Bashar al-Assad. Durante la reunión dialogaron sobre la cooperación política vigente entre ambos países y sobre cuestiones económicas y militares. Assad declaró que las relaciones entre los dos países deben intensificarse, especialmente en las áreas de comercio, energía y minería, mientras que Lavrov subrayó que Siria necesitaba asistencia internacional para su reconstrucción.
Hoy, 8 de septiembre, Radio Habana Cuba informó que “Rusia ha enviado sistemas de misiles antitanques a Siria, después de que Turquía desplegara vehículos blindados en zonas norteñas del país árabe. El portal ruso de aviación Avia.Pro. informó el lunes que el Ejército ruso ha enviado varios sistemas de misiles antitanque Hermes-A a Siria para apoyar a las Fuerzas Armadas sirias a repeler las agresiones del Ejército turco”.
Como se puede apreciar, el principio de acuerdo entre el gobierno sirio y la oposición, con el aval de Rusia, no será nada fácil de llevar a la práctica, ya que este proyecto de solución realmente democrático y popular tendrá que lidiar con quienes sostienen proyectos regionales basados en visiones sectarias, fundamentalistas, nacionalistas y antipopulares, que priorizan la defensa de los intereses de quienes estuvieron durante décadas explotando, oprimiendo y masacrando pueblos, saqueando las riquezas naturales, destruyendo ciudades y poblados, y envenenando el medio ambiente.
En esta región del planeta donde distintos proyectos a escala mundial dirimen fuerzas y hegemonías, quienes antes eran enemigos o simplemente “no amigos”, ahora pueden ser compañeros de ruta, aliados circunstanciales o socios estratégicos.
Queda claro que el paso dado por Rusia es fruto de un trabajo desarrollado en varias direcciones y a lo largo de muchos años, con marchas y contramarchas, pero con un objetivo claro, que ahora comienza a ser visible también para otros actores regionales y, principalmente, para quienes nos sentimos parte integrante de un amplio movimiento que a escala internacional sigue su lucha por el fin de la opresión y la explotación, por la paz y la amistad entre los pueblos.
La presencia en Moscú de la líder kurda de Siria, Ilham Ahmed, no sólo provocó la ira de Turquía, sino también algo de enojo en Washington, hasta aquí, estrechamente aliada a los kurdos sirios. Parece ser que la política llevada adelante por el Departamento de Estado norteamericano de mantener a los kurdos de Siria alejados de Rusia y del gobierno de Bashar al-Assad, comenzó a resquebrajarse, por no decir que se encuentra a un paso de caer derrotada por la diplomacia rusa. Una derrota que también golpeará al sionismo, a Turquía y su proyecto neo-otomano y a los fundamentalistas de todo tipo, trayendo paz, tranquilidad y el derecho a construir su propio futuro al pueblo de Siria. Y a no dudarlo, que este ejemplo también será tomado por quienes luchan en el Líbano para terminar con un sistema sectario, confesional y capitalista, que lo único que logró hasta el momento fue llevar al país hasta casi su disgregación nacional.
Al menos, en Medio Oriente, parece ser que la hora de los pueblos está cercana.
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