La lógica del capitalismo y las fronteras nacionales

¿Cuáles son las pretensiones del Donald Trump, quien declaró que Dinamarca debe renunciar al territorio de Groenlandia en favor de Estados Unidos?

Por Juan López Páez

En 1991, la implosión de la URSS dió paso a una etapa histórica en que las fronteras eran meros

muros de contención para la acumulación del capital. El sistema capitalista tenía vía libre para

aplicar la violencia en la apropiación del territorio, el sacrosanto derecho a la propiedad de donde

surge el liberalismo clásico, apropiarse militar o económicamente de los bienes comunes y/o

territorios de otros países.

El carácter totalizador de la conceptualidad del derecho natural de la propiedad es básico para que

la burguesía imponga su dictadura bajo la constitución social de la propiedad, este análisis del

término propiedad representa un marcado sentido individualista o patrimonialista profundo, de la

manera que John Locke (1632-1704) en “Dos tratados sobre el gobierno civil”, “santifica” de modo

inmutable la propiedad. Para Locke este derecho se entiende como «el dominio único y despótico

que un hombre reclama y ejercita sobre las cosas externas del mundo, con total exclusión del

derecho de cualquier otro individuo en el universo».

Un ejemplo actual son las pretensiones del presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, que ha declarado en varias ocasiones que Dinamarca debería renunciar al territorio de Groenlandia en favor de Washington para garantizar la protección del "mundo libre”. Aunque Estados Unidos ya cuenta con presencia militar en la isla en virtud de una alianza con Canadá que se remonta a 1958, en plena Guerra Fría, y que lleva por nombre Mando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD), mantiene una presencia permanente en la base aérea de Pituffik, en el noroeste de la isla, Trump ha manifestado que: “EE.UU. considera que la posesión y el control de Groenlandia es una necesidad absoluta”.

Lo hizo como motivo anunciar que Ken Howery se desempeñará como embajador estadounidense en Dinamarca, Trump destacó del perfil de Howery que es cofundador de PayPal y del fondo de capital riesgo Founders Fund, que "convirtió la innovación y el liderazgo tecnológico estadounidenses en historias de éxito mundial". Cabe recordar que Groenlandia actualmente es un territorio autónomo de Dinamarca y en el 2009 logró el derecho a reclamar la independencia

mediante votación.

Vuelve a la carga

Cabe recordar que Trump habló durante su primer mandato presidencial sobre la posibilidad de comprar Groenlandia, la isla más grande del mundo que pertenece a Dinamarca pero disfruta de amplios derechos de autonomía. Tras conocer la propuesta de Trump, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, tachó la idea de "absurda" y recalcó que la isla "no está en venta". En 2021, durante una nueva administración estadounidense, el secretario de Estado de EE.UU., Antony

Blinken, dijo que su país no tenía intenciones de hacerse con Groenlandia, poniendo así punto final a la oferta de Trump.

En 1946, la administración de Harry Truman ofreció a Dinamarca 100 millones de dólares en lingotes de oro por su territorio autónomo. En medio de las crecientes tensiones entre EE.UU. y la Unión Soviética los funcionarios estadounidenses de entonces pensaban que era una "necesidad militar", ya que la isla helada estaba situada entre los dos países y se consideraba un posible campo de batalla. Por su parte, el Gobierno danés consideró la oferta como un insulto, señaló a The Washington Post Ronald Doel, profesor de la Universidad Estatal de Florida. La oferta rechazada no se hizo pública hasta 1991, cuando un periódico de Copenhague encontró documentos desclasificados en los Archivos Nacionales.

El primer ministro del gobierno autónomo de Groenlandia, Mute Egede, respondió a las declaraciones del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, sobre "la necesidad" de que Washington posea la isla. "Groenlandia es nuestra. No estamos a la venta y nunca lo estaremos. No debemos perder nuestra larga lucha por la libertad", afirmó, citado por Reuters. Mientras tanto, un miembro del Parlamento de Dinamarca, Rasmus Jarlov, quien lidera el comité de defensa en el organismo, declaró que "Groenlandia es danesa". "Es totalmente inaceptable que un supuesto aliado amenace con tomar el control de nuestro territorio. Esto es incompatible con ser aliados".

La aplicación a rajatabla de la Doctrina Monroe

Tampoco sería la primera vez que EE.UU. intenta hacerse con Groenlandia. La cuestión se planteó por primera vez en la década de 1860, Estados Unidos ya había comprado Alaska en 1867, cuando un informe encargado por el Departamento de Estado del presidente Andrew Johnson concluyó

que la abundancia de recursos pesqueros y minerales de la isla más grande del mundo podría convertirla en una valiosa inversión.

La Doctrina Monroe, sintetizada en 1823 en la indignante y patética frase “América para los

americanos” se puede identificar con la política global de Estado por parte de EEUU a largo de la historia, Trump ha manifestado así mismo sus pretensiones sobre el canal de Panamá siguiendo el Corolario Rutherford Hayes. En 1880 se añadió un primer corolario a la doctrina Monroe, que estimaba el Caribe y Centroamérica como parte de la “esfera de influencia exclusiva” de los EEUU para evitar la injerencia de imperialismos europeos en América, su nación debía ejercer el control exclusivo de cualquier canal interoceánico que se construyese.

Es así como, posteriormente, los Estados Unidos se sentirían legitimados para adueñarse

legalmente del canal de Panamá, cuya construcción había sido abandonada en 1888. Además, con este corolario, los Estados Unidos impedían el acceso comercial de Europa al Caribe y Centroamérica, manteniendo su monopolio comercial con dichas regiones.

Habría que añadir el Corolario Roosevelt, una sustancial alteración a la Doctrina Monroe por parte del presidente de EEUU Theodore Roosevelt en 1904. El corolario establecía que EEUU podían intervenir en los asuntos internos de países latinoamericanos si cometían faltas flagrantes y crónicas. Así podemos entender el bloqueo a Cuba y Venezuela y la intromisión con Nicaragua

mediante de la Nica Act (Nicaragua Investment Conditionality Act ) o Ley de Condicionalidad de Inversiones de Nicaragua

O bien en el Continente latinoamericano, Ecuador y Argentina, dos países con nuevos presidentes, se han convertido en dos voces disonantes dentro del Sur Global, se transmutan en referentes de la economía libre en Latinoamérica y apoyan el llamado “orden internacional basado en reglas”, cimentado en la desigualdad soberana, que introduce privilegios especiales bajo la apariencia de valores democráticos liberales universales.

En el marco del nuevo alineamiento geopolítico con EEUU del insólito Gobierno argentino actual que se asienta en una dependencia virreinal de poderes externos, financieros, económicos y políticos derivados de la financiarización de la política mundial.

Como explica el diplomático John Lander, ex embajador adjunto en China en una entrevista: “El orden basado en reglas es un conjunto de reglas siempre variables y en constante vacilación, ideadas por EEUU para beneficio de EEUU y sus aliados occidentales”