La sangre de Fidel Castro en Armenia
El histórico líder revolucionario cubano falleció un día como hoy hace cinco años, pero una parte de él pudiera seguir viva en las venas de una ciudadana armenia. El Comandante donó su sangre a la mujer después del terremoto de Gyumrí en diciembre de 1988.
Redacción NOR SEVAN
El 8 de diciembre se cumplen 33 años del terremoto de Gyumrí. El periodista Dmitri Pisarenko en un artículo publicado en Sputnik recordó la historia de una sobreviviente de este terrible sismo, cuya vida se salvó gracias al líder cubano.
"No lo recuerdo bien, pero a finales de los años 90, o tal vez a principios de los 2000, me enteré de una historia curiosa de la prensa local acerca de una mujer joven de la ciudad de Gyumri. Mi camarógrafo y yo, Ohhanés Akopian, nos fuimos a visitarla para hacer un reportaje para la cadena [rusa] NTV, con la que colaborábamos en aquel entonces", recordó el periodista.
La historia que ella contó a los periodistas sí que sorprende y al mismo tiempo emociona.
Días después de la catástrofe, que destrozó la ciudad de Gyumri, en las ruinas de uno de los edificios de la urbe, los equipos de rescate la encontraron en estado crítico. Los doctores tuvieron que amputarle una pierna. Por si fuera poco, necesitaba una transfusión de sangre para sobrevivir.
Tras la cirugía, empezó a recuperarse. Los doctores le informaron de que la bolsa con sangre que había recibido tenía escrito el nombre de Fidel Alejandro Castro Ruz.
Años después de la tragedia, durante la entrevista, ella recordaba con una sonrisa las bromas de sus allegados acerca de sus 'lazos de sangre' con el comandante. Según relató el columnista, la protagonista hasta bromeó con que una vez se acercó a un espejo y se puso a examinar detenidamente su cara para ver si le había salido una barba como la de Fidel.
"Con la muerte del revolucionario se acabó una época entera, pero su sangre sigue dando vida a una persona", concluyó Pisarenko en su artículo.
El terremoto de Gyumrí, de 7,2 grados de magnitud en la escala de Richter, está considerado como uno de los más destructivos en la historia de la humanidad. El terremoto redujo a cenizas la urbe de Spitak -la segunda más grande de Armenia- y dañó considerablemente la localidad de Gyumrí (entonces Leninakán). Como resultado del mismo, unas 25.000 personas perdieron sus vidas, 140.000 resultaron heridas y medio millón se quedaron sin hogar.
Todas las repúblicas de la URSS participaron en la reconstrucción de la región. Unos 20.000 soldados y oficiales del Ejército soviético, así como centenares de voluntarios, incluidos extranjeros, tomaron parte en las operaciones de rescate. Además, otros 111 países prestaron ayuda humanitaria en forma de equipamiento, alimentos, fármacos y profesionales en labores de rescate.
En aquel entonces, una gran cantidad de personas prestó ayuda al pueblo armenio, desde ciudadanos de a pie hasta líderes de algunas potencias mundiales. Uno de ellos fue el mandatario cubano, Fidel Castro, que donó su sangre a las víctimas. Miles de cubanos siguieron su ejemplo.
El gobierno de Cuba envió además un grupo de médicos equipados con los aparatos más modernos a Armenia. Fidel Castro personalmente se encargó de la organización de la entrega de ayuda a las víctimas del terremoto.
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Fuente: Sputnik
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