"La voz armenia" cumple 64 años
En un nuevo aniversario de la radio decana de la colectividad, su actual director Adrián Lomlomdjian recuerda al fundador Nubar Lomlomdjian.
El 7 de agosto, nuestro programa radial celebra su 64° aniversario de vida, "para que conozcan más y mejor a los armenios", como decía su creador y director Nubar Lomlomdjian. Y lo festejaremos este sábado 8, a partir de las 12.30 horas, en nuestro habitual programa que se emite por AM 890 Radio Libre. Pasaron las décadas, las épocas, los gobiernos. Muchísimas dificultades hubo que superar a lo largo de todo estos años para que LA VOZ ARMENIA pudiera continuar emitiéndose. Incluso, hubo una prohibición efectiva durante los primeros años de la última dictadura militar genocida, que luego se transformó en censura: es decir, antes de cada programa, Nubar llevaba el guión de esa emisión, que era leído por el interventor de turno quien autorizaba o no la salida al aire. Recordemos que por aquellos años Armenia era una de las Repúblicas Socialistas Soviéticas, y más allá de lo que digan los tergiversadores y falsificadores de la historia, todo lo que venía del bloque socialista u olía a "zurdaje" era motivo de persecución y represión. El primer programa de LA VOZ ARMENIA fue el 7 de agosto de 1956 por Radio del Pueblo, desde su histórico estudio de avenida Santa Fe. Con el transcurrir de los años, el programa también salió al aire por Radio Antártida, Radio Splendid, Radio Belgrano, FM Paraíso, Radio Armonía y desde hace casi dos décadas AM 890, primero Radio Soberanía y luego Radio Libre, se transformó en nuestra casa. En estos sesenta y cuatro años, LA VOZ ARMENIA transmitió dos veces por semana media hora cada programa, después pasó a una hora, luego tuvo muchos años -como ahora- dos horas semanales e incluso, durante nueve meses a mediados de la década de los 90, cumplimos el sueño del programa diario, lunes a viernes al mediodía, manteniendo las dos horas de los días sábados. Resulta sencillo contarlo y quizá para una parte de los oyentes, que nos siguen semanalmente, y para quienes están leyendo esta nota, resulte hasta desconocido el enorme sacrificio que significó para Nubar lograr mantener su programa al aire, en medio de sucesivas crisis económicas, gobiernos militares y controversias comunitarias, entre otras cuestiones. Pero lo hizo. Y vaya si cumplió con el objetivo de mantener esta verdadera herramienta comunitaria, que jamás fue vista -ni antes ni ahora- como algo comercial (que tranquilamente podía), sino como un aporte al mantenimiento, desarrollo y difusión de la cultura, el arte, la historia y todo aquello que hace a lo que llamamos armenidad. Pero también, desde siempre, LA VOZ ARMENIA fue un puente que unió nuestras identidades argentina y armenia, y apostó siempre a la paz, a la amistad, a la solidaridad, al respeto en la disidencia, a no callarse nunca, a decir lo que se piensa si creer que esa es la verdad absoluta, sino que hay otras opiniones y visiones que valen la pena ser escuchadas, conocidas. Quienes hoy hacemos el programa, los hijos y nietos de Nubar, somos concientes de esta gran herencia que nos legó y tratamos de cumplir aquello a lo que Nubar apostó a lo largo de su vida: difundir la realidad de Armenia sin que ello nos separe de nuestra lucha por una sociedad justa en nuestro país y por un mundo mejor. Nubar había nacido en Alepo, Siria, en 1923, en el seno de una familia que había sido desterrada de su tierra, Marash, en el marco del genocidio armenio perpetrado por las autoridades del imperio otomano. Su madre, Nazenik, siendo muy joven, con tan solo 15 años y un hijo -Hampartzoum-, ya había sufrido en carne propia la matanza de Adana de abril de 1909, donde perdió a su marido. Se volvió a casar y allí en Marash nacieron Haik y Azniv, quienes junto a Hampartzoum y su marido Harutiun, tuvieron que dejarlo todo, luego de haber resistido y sobrevivido a las agresiones y los crímenes de 1914-1918. Cuando Nubar cumplió 8 años, la familia decidió abandonar Alepo y viajar rumbo a la Argentina, donde ya había llegado el hermano de Nazenik. Luego de una escala de varios meses en Marsella, llegan a Buenos Aires en 1932. Y fue ese pequeño Nubar quien comenzó a construir sueños y a pensar cómo hacerlos realidad. Y mientras ayudaba a la familia en las tareas que tenían que ver con garantizar el sustento cotidiano, se recibió de locutor en el ISER y hacía teatro con García Satur y otros importantes actores y actrices de la época. Trabajó en radio con Cacho Fontana y Riverito, tuvo sus propios programas de tango, formó parte durante años del equipo de "Patria Árabe" conducido por Américo Yunes, y también colaboró o formó parte de muchas otras audiciones. Queda para otra oportunidad contarles sobre Nubar y Marash, una vida dentro de su vida. Por eso, Nubar fue y es mucho más que LA VOZ ARMENIA. Nuestro recuerdo y homenaje permanente a este inquebrantable militante comunitario, pionero de la radiodifusión y hombre de teatro, a quien le estaremos eternamente agradecidos por habernos permitido darle continuidad a SU y a NUESTRA VOZ ARMENIA.
Fuente: La voz armenia
Comments