Las vergonzosas declaraciones del Embajador de Armenia en Israel
Armén Smbatian no menciona el plan genocida al que están sometidos los palestinos, ni tampoco a la alianza militar entre Israel y Azerbaiyán.
Por Adrián Lomlomdjian
El 20 de agosto pasado, en su sitio web, la agencia oficial de noticias de Armenia, “Armenpress”, publica el contenido de la entrevista que el embajador de Armenia en Israel, Armén Smbatian, le concedió al semanario "Globus", de Israel, en la que opina sobre las relaciones entre ambos países y las perspectivas de desarrollo.
Si bien las relaciones diplomáticas entre Armenia e Israel se establecieron en 1992, el proceso de apertura de embajadas se retrasó durante muchos años. Incluso, la sede de la Embajada de Israel en Armenia está en Tiflis, capital de la vecina República de Georgia, mientras que el embajador armenio para Israel tiene su asiento en la propia capital armenia Ereván.
Sin embargo, en una decisión que provocó muchas críticas dentro y fuera del país, en septiembre de 2019, Armenia anunció su intención de abrir una embajada en Israel, y el 25 de febrero de este 2020, el presidente Armén Sarkisian firmó un decreto para nombrar como embajador armenio en Israel a Armén Smbatian.
El representante diplomático armenio, en su primera respuesta, afirma que “los armenios de todo el mundo saben que fueron los representantes del pueblo judío, diplomáticos, abogados, escritores, los que primero definieron el concepto de genocidio y llevaron al mundo a reconocer su naturaleza bárbara y anti-civilizacional”. Seguidamente, nombra a “prominentes humanistas e intelectuales como Morgenthau, Mandelstam, Lemkin y Werfel”, destacando que “implementaron sus actividades piadosas en beneficio del pueblo armenio con la moral y las mejores tradiciones éticas de los líderes religiosos judíos, quienes durante todos los períodos de la historia aspiraba a la justicia y el bienestar de todos los pueblos”.
Se podrían debatir varias de estas definiciones, pero lo único que queremos agregar es que no fueron sólo “representantes del pueblo judío” quienes en este caso concreto “implementaron sus actividades piadosas en beneficio del pueblo armenio”, sino que fueron mayoritariamente hombres y mujeres de diversas nacionalidades, religiones e ideologías, quienes abrieron sus corazones solidarios y sus brazos para recibir a las víctimas sobrevivientes del genocidio armenio. Entre ellos podemos destacar a los árabes, palestinos y rusos, y, obviamente, a la Armenia Soviética (y a la URSS), que se transformó en el hogar seguro de cientos de miles de refugiados sobrevivientes de las matanzas y las deportaciones masivas organizadas y perpetradas por las autoridades del Imperio Otomano.
En su siguiente respuesta el diplomático armenio habla del “desarrollo armónico y exitoso del Estado de Israel durante las 7 décadas” y afirma que “sin duda, es un ejemplo importante para la República de Armenia”. Luego señala que si bien “nuestros pueblos han generado y desarrollado una experiencia histórica bastante diferente entre sí, hay muchas coincidencias”, y destaca su confianza en que “hoy nuestros pueblos se tratan de esa manera y se dan cuenta de la importancia de avanzar uno al lado del otro”.
Queda más que claro que el embajador Smbatian "ignora" ciertos acontecimientos y datos contundentes de la historia, o los esconde de manera maliciosa, faltándole el respeto a su propio pueblo y a otros pueblos que sufrieron y sufren a diario “el desarrollo armónico y exitoso del Estado de Israel”, según sus palabras.
Fueron judíos sionistas quienes iniciaron la difusión del proyecto panturquista y sus máximos líderes estuvieron entre quienes colaboraron para lavar la imagen de las autoridades del Imperio Otomano en Europa, mientras se llevaron a cabo masacres de armenios a fines del siglo 19 y principios del 20. Miles de armenios sobrevivientes del genocidio, que habían sido recibidos como hermanos por el pueblo palestino, sufrieron nuevamente la barbarie de las deportaciones forzadas y las matanzas masivas, esta vez a manos de “los hijos de Israel”, que llegaban para ocupar “las tierras que les legaron en el testamento llamado Biblia”.
Mucho nos gustaría saber por qué el diplomático armenio afirma que el Estado de Israel “es un ejemplo importante para la República de Armenia”, ya que en lo particular, esta afirmación de Smbatian me avergüenza en lo más profundo, y seguramente sucede lo mismo con la mayoría del pueblo armenio y sus descendientes.
¿Cómo puede ser ejemplo el Estado que mata, oprime, ocupa, invade y agrede permanentemente a nuestros hermanos pueblos sirio, libanés y palestino? ¿Cómo puede ser ejemplo el Estado que trata por todos los medios destruir a un país vecino y fraterno, la República Islámica de Irán, que tras la desintegración de la Unión Soviética y durante los oscuros años de la década 90, fue –junto a Rusia- la única conexión de Armenia con el mundo, y desde donde se recibía energía eléctrica, gas y petróleo, además de alimentos y otros productos?
Armén Smbatian no es más que un operador político al servicio de Occidente, puesto en un lugar estratégico como lo es la embajada armenia en el Estado sionista, y desde ahí tratará de cumplir las órdenes de sus amos, cuyos objetivos nada tienen que ver con los intereses del pueblo armenio, y muchos menos, con el de los pueblos hermanos de la región, aquellos que hoy enfrentan los planes neo-otomanos de Erdogán.
Y mientras Israel afianza y profundiza sus relaciones con Azerbaiyán –Israel es la principal proveedora militar de Azerbaiyán y ésta, a su vez, provee al Estado sionista más de 60% del petróleo que consume-, para Smbatian “es necesario descartar los malentendidos entre nuestros pueblos”.
Estas declaraciones del embajador de Armenia en Israel constituyen una verdadera vergüenza ante la opinión pública internacional y una ofensa a la memoria de los armenios -que fueron víctimas de matanzas y de un plan de deportaciones y exterminio masivo en el Imperio Otomano- y de los pueblos hermanos, que siguen padeciendo la política criminal llevada adelante por el Estado israelí.
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