Los actos del 1° de Mayo de 1920 en Armenia
Los trabajadores y los comunistas se expresaron en todo el país contra la crisis socioeconómica y política de la Primera República. Las banderas rojas coparon las calles de Ereván y el Interior.
Por Adrián Lomlomdjian
En 1920, la situación interna en Armenia era por demás crítica: hambre, miseria y epidemias; decenas de miles de huérfanos sobreviviendo, algunos en hogares gracias a la caridad extranjera, y otros miles con sus familias deambulando por las calles; guerras con las repúblicas vecinas y represión interna; turcos que no sólo iban y venían por territorio armenio, sino que incluso daban órdenes y condicionaban a las autoridades del país; potencias extranjeras representadas por altos mandos militares, que lo único que les importaba era que el Cáucaso no fuera sovietizado para poder seguir dominando y saqueando no sólo el petróleo de Bakú, sino todas las riquezas existentes en los territorios que iban desde Turquía hasta Palestina, y más.
La noticia del triunfo de la revolución socialista el 28 de abril de 1920 en la vecina Azerbaiyán, profundizó la preocupación del gobierno armenio y de sus aliados turcos y occidentales, pero entusiasmó aun más a las amplias masas de trabajadores, campesinos y soldados de Armenia, que ya venían luchando contra la explotación, la opresión y la presencia de los turcos y los ejércitos occidentales en la región.
El gobierno de la Federación Revolucionaria Armenia - Tashnagtsitiún (FRA), sus sindicatos y organizaciones afines, ya tenían preparado el acto oficial dedicado al Día Internacional de los Trabajadores: un desfile militar, un desfile cívico y un mitin frente al edificio parlamentario, la inauguración de la nueva estación de ferrocarril de Ereván y un acto político en el salón del parlamento (diario “Haiastaní Tzain”, 3 de mayo de 1920).
Durante una reunión plenaria –clandestina-, el Comité Ereván del Partido Comunista de Armenia (PC) decidió no participar del acto, debido a la persecución política y represión que venían sufriendo muchos de sus militantes. Sin embargo, en otra reunión realizada el día 25 se modificó en parte la decisión tomada, ya que varios de los dirigentes comunistas informaron que en sus lugares de trabajo, sus compañeros les habían expresado la voluntad de marchar el 1° de Mayo bajo las banderas y las consignas del Partido Comunista. Por ello, y tomando todos los recaudos necesarios en cuanto a la seguridad, los comunistas decidieron participar y encabezar las columnas de trabajadores.
Por primera vez, decenas de banderas rojas con consignas en favor de la clase trabajadora, de la Rusia Soviética y del PC, fueron llevadas por cientos de obreros, campesinos, militares y estudiantes, que se encolumnaron detrás de los dirigentes comunistas armenios. Los diarios de la época –representantes de distintos partidos políticos- reflejaban en sus crónicas la sopresa que causó la imponente columna con banderas rojas que logró adueñarse de las celebraciones del Día Internacional de los Trabajadores.
Esta misma situación se replicó en otras ciudades y poblados del país, donde cientos y miles de ciudadanos se sumaron a las marchas y actos de protesta convocadas por los comunistas para el 1° de Mayo.
En Ereván, a las ocho de la mañana y convocados por el Comité Ereván del PC, más de mil trabajadores, principalmente ferroviarios, gráficos, del correo, curtiembres y depósitos, se reunieron en la intersección de las calles Tarjanian y Astafian (actualmente Apobian y Knuniats) y comenzaron a marchar cantando "La Internacional" hacia el edificio del parlamento, donde se llevaría a cabo el acto oficial. Encabezaban la columna los dirigentes bolcheviques armenios, entre ellos, Stepán Alaverdian, Surén Mardikian y el joven Jukas Jukasian.
Los primeros oradores del acto fueron el primer ministro tashnagtsagán Alexander Jadisian y el ministro menchevique georgiano Ramishvili. Sus intervenciones fueron interrumpidas varias veces por los manifestantes, quienes reprobaban principalmente el contenido antisovético de ambos funcionarios. Después, hizo uso de la palabra el comunista Stepán Alaverdian.
Surén Ghazarian, un trabajador comunista que participó en aquella inolvidable jornada, escribió en sus memorias que “la sola presencia de Alaverdian bastaba para ganar la atención de las masas allí reunidas”. “Aún recuerdo sus palabras, dichas sobre el estrado y señalando a quienes lo rodeaban: ‘Camaradas, ¿en manos de quiénes pusieron sus destinos? De personas que acá vienen a recitarles bonitos discursos, pero que en la práctica se dedican al saqueo y al robo’” (diario “Khorhrtaín Haiastán” N° 100 del 1 de mayo de 1930).
Algunos tashnagtsagán y policías intentaron cortar el discurso de Alaverdian y bajarlo de la tribuna, pero la multitud se lo impide al grito de “Viva el internacionalismo”, “Viva el comunismo” y “Viva la amistad entre los pueblos del Cáucaso”. Después de Alaverdian, intervinieron varios oradores tashnagtsagán y eseristas, pero la mayoría de los presentes acompañó a los comunistas y se retiró del acto.
Hasta las 16, en distintos puntos de la ciudad, los trabajadores y los comunistas organizaron una serie de actividades dedicados a la fecha, donde denunciaron las políticas del gobierno de Armenia.
En Alexandrapol (Leninakán/Guiumrí), también se llevó a cabo un multitudinario mitin, convocado por los comunistas. Obreros, militares y campesinos llegados desde las zonas rurales, se manifestaron en contra del gobierno y su política de alianza con las potencias occidentales, y en favor de la Rusia Socialista y de la Revolución Soviética recientemente triunfante en la vecina Azerbaiyán. Se realizaron actos en la plaza central de la ciudad y en la principal guarnición militar. Las intervenciones de los dirigentes bolcheviques B. Gharibchanian, Enok Sevian (obrero) y S. Musaelian (militar), despertaron el entusiasmo de los más de 5.000 manifestantes, quienes exteriorizaban su adhesión al movimiento revolucionario.
Anush Porsughian, partícipe de las movilizaciones realizadas el primero de mayo de 1920 en Kars, recordó en sus memorias que la columna marchó desde la plaza hacia la estación y volvió a la plaza, y en el camino se sumaron muchos trabajadores. También contó que durante el acto, los manifestantes prestaban atención a los oradores, “si eran comunistas, los ovacionaban con entusiasmo, pero si se presentaban como “apartidarios”, que eran los tashang, los silbaban hasta hacerlos bajar” (diario “Khorhrtaín Haiastán” N° 100 del 1 de mayo de 1930).
También fue muy importante la celebración del 1° de Mayo en Sarighamish, donde la influencia de los comunistas era tan grande en el ejército, que el acto se llevó a cabo en la guarnición militar con presencia de obreros y campesinos, y bajo las consignas bolcheviques.
Volviendo a Ereván, el gobierno tashnagtsagán al ver la masividad de la convocatoria y la fuerza adquirida por los comunistas, finalizado el acto oficial y cancelando el desfile que estaba programado, realizó una reunión urgente de su Buró político, donde decidió convocar a dirigentes comunistas para mantener una reunión.
“ARMENCOM nos envía al camarada Alaverdian y a mí. Fuimos recibidos por Ohanchanian, quien nos pregunta nuestra opinión sobre la situación en Zanguezur y Karabaj, y sobre las perspectivas de la sovietización de Armenia. Yo le dije que todas las cuestiones que enfrenta Armenia sólo pueden ser resueltas con su sovietización y que su gobierno, el tashnagtsutiún, estaba conduciendo hacia el precipicio a los trabajadores y campesinos. Ohanchanian aparenta ser partidario del poder soviético, nos expresa su opinión personal de que considera indispensable la sovietización y nos “promete” que “convencerá” a sus compañeros para que entreguen el poder a los comunistas. Finalizado el encuentro, regresamos a nuestra casa secreta, donde se llevó a cabo una nueva e importante reunión partidaria”, expresó en sus memorias -el 1 de mayo de 1923- el dirigente bolchevique armenio D. Ter Simonian.
Ter Simonian destacó que el Comité partidario hizo un análisis acertado de la reunión con Ohanchanian, catalogó los dichos del dirigente tashnagtsagán como una farsa y se decidió pasar a la clandestinidad para proteger a los dirigentes y las estructuras de la nueva ola represiva que se avecinaba.
“Ese día (el 1° de Mayo) no estaba ante nosotros la cuestión de tomar el poder, sin embargo, quedó demostrado que a partir de ese momento sería la principal cuestión a resolver a futuro”, reflejó el informe presentado por el Comité Ereván del PC al Buró partidario del Cáucaso el 31 de mayo de 1920.
Así fue como sólo recién después de los masivos y combativos mitines del Día de los Trabajadores realizados en todo el país, los comunistas armenios planificaron la sublevación armada, que debía comenzar en Tilichán, por su cercanía con el Azerbaiyán Soviético.
Esta era la situación en Armenia la noche del Día Internacional de los Trabajadores. La desastrosa situación interna y externa del país había devenido en crisis política, y los comunistas armenios, con gran predicamento en un sector importante de la sociedad, intentarían establecer en el país un gobierno socialista.
Comments