Pashinian apuesta a Occidente, Turquía y Azerbaiyán
La difícil situación para la población de Armenia se profundiza día a día, la tensión política no cede y el peligro de una nueva guerra no es descartada por nadie.
Por Adrián Lomlomdjian
El primer ministro armenio, Nikol Pashinian, dijo ayer, durante un encuentro con diputados integrantes de distintas comisiones parlamentarias, que firmar un acuerdo para establecer la paz y las relaciones con Azerbaiyán, así como normalizar las relaciones con Turquía, es la intención del gobierno armenio y una de sus prioridades.
El primer ministro armenio no deja pasar oportunidad para mostrarse como un estadista, que conociendo en detalle la realidad regional e internacional, y basándose en los intereses de su país, desarrolla un programa político (interno y externo) que tiene como objetivos supremos la seguridad y el desarrollo del país y el bienestar de todos quienes lo habitan.
“Nuestros planes incluyen firmar un acuerdo para establecer la paz y las relaciones con Azerbaiyán y normalizar las relaciones con Turquía. Entendemos que esto no será fácil, pero promover un programa de este tipo es de interés estatal para la República de Armenia”, dijo Pashinian.
Según el Primer Ministro, el único instrumento para garantizar la seguridad de Armenia -en el contexto de un orden mundial que se derrumba- es la identificación de la Patria con el Estado, con su territorio, con las fronteras internacionalmente reconocidas y con la integridad territorial.
“El problema práctico clave que surge de esta percepción, por extraña que parezca, es la conciencia de la ubicación geográfica del Estado. Antes de entrar al debate global sobre las cuestiones Este-Oeste y Norte-Sur, creo que es importante darse cuenta de que estamos en la región del Cáucaso Sur, que tenemos cuatro vecinos y que en las relaciones con ellos pueden, aún, haber ocultas algunas amenazas, pero también oportunidades que tenemos que considerar”, subrayó Pashinian.
Claro que luego de semejante discurso, que contiene mucho de la realidad a tomar en cuenta, nos chocamos con la práctica política llevada adelante por el actual gobierno armenio, que nos lleva a tener que remarcar, una vez más, el alto nivel de cinismo e hipocresía con el que se manejan Pashinian y su séquito.
Sin ir muy lejos, el último sábado el Secretario del Consejo de Seguridad de la República de Armenia, Armén Grigorian, se sumó al listado de funcionarios y personajes ligados al gobierno que se entrevistaron con autoridades del gobierno nazi-ucraniano encabezado por Volodymyr Zelensky. Grigorian se reunió con el Jefe de Gabinete del Presidente de Ucrania, Andrey Yermak, con quien discutió el estado actual de las relaciones bilaterales entre Armenia y Ucrania.
Ambos destacaron la importancia de la primera reunión mantenida entre el presidente ucraniano y el primer ministro armenio, que tuvo lugar el pasado 5 de octubre en Granada, en el marco de la Cumbre de la Comunidad Política Europea. Andrey Yermak también expresó su agradecimiento por la participación de Anna Akobyan, esposa del primer ministro de la República de Armenia, en la Cumbre de Primeras Damas y Caballeros celebrada en Kiev a principios de septiembre, y por proporcionar ayuda humanitaria a los escolares ucranianos.
Las relaciones "fraternales" entre las autoridades y funcionarios del original (Ucrania) y la copia (Armenia) siguen viendo en popa. Ante la inminente derrota de Kiev, Occidente "sigue preparando el terreno en Armenia" para continuar su guerra contra Rusia. Y así como prometieron que lucharán contra Moscú "hasta con el último de los ucranianos", seguramente estén pensando en un escenario similar en el Cáucaso, de la mano del gobierno de Ereván.
Por eso no resultan nada “descabelladas” ni “fuera de lugar” las constantes declaraciones anti-rusas realizadas por Pashinian y otros funcionarios del Estado armenio, ya sea cuando los medios les ponen adelante un micrófono o cuando deben hablar acompañados o rodeados de dirigentes europeos.
Porque ellos y ellas, quienes integran el aparato gubernamental liderado por Pashinian, sencillamente están cumpliendo al pie de la letra el compromiso asumido con sus amos, luego de que Estados Unidos, la Unión Europea, Gran Bretaña, la OTAN, Turquía e Israel cerraron filas para llevarlos hasta el poder. Ellos y ellas son dirigentes (cuadros políticos) formados en universidades extranjeras a imagen y semejanza de Occidente, estuvieron y están financiados por ONG pantallas que funcionan en todo el país, y sus objetivos políticos y su voluntad están alejados de cualquier viso de patriotismo y de defensa de los intereses nacionales.
Por ejemplo, para el gobernante Partido Acuerdo Cívico y sus aliados en Armenia y la diáspora, “la base militar de frontera de Rusia enoja a azerbaiyanos y turcos” y, además, “no le trajo nada favorable a Armenia”. Estamos hablando de una base militar emplazada en la frontera armenio-turca desde hace más de 120 años, fundamental, antes y ahora, para la seguridad del pueblo y el Estado armenio. Pero para Pashinian y los suyos, “los soldados rusos deben irse de Armenia”. No lo dicen abiertamente así, pero día a día, a través de los medios y las redes sociales, insisten en socavar la reputación de Rusia y la credibilidad que aún mantiene hacia su Estado y pueblo aliado estratégico la mayoría del pueblo armenio.
Lograr la expulsión de Rusia de la región es el objetivo histórico de Occidente. Y Pashinian está dispuesto a lograrlo, incluso a costa de los armenios y de Armenia. Ya entregó Artsaj y la vació de armenios, y no dudará en hacer lo mismo con la República de Armenia o con algunas de sus provincias.
Mientras a diario insulta y miente sobre Rusia, dice que espera que “en un futuro próximo la frontera entre Armenia y Turquía esté abierta a ciudadanos de terceros países y personas con pasaporte diplomático”.
“En cuanto a las relaciones entre Armenia y Turquía, quisiera expresar la esperanza de que en un futuro próximo logremos la implementación de los acuerdos alcanzados como resultado de las discusiones y negociaciones de los representantes especiales. Los mismos se refieren a que la frontera entre Armenia y Turquía estará abierta a ciudadanos de terceros países y a titulares de pasaportes diplomáticos.
Además de los acuerdos políticos, también se realizaron importantes obras de infraestructura. En particular, trabajamos en el re-equipamiento y reconstrucción del puesto de control de Márgara y ya estamos preparados para su puesta en funcionamientos. Esperamos que estos acuerdos se cumplan”, dijo Pashinian.
También destacó que se acordaron tres principios básicos para establecer la paz y normalizar las relaciones con Azerbaiyán, por lo que la firma de un tratado de paz será una realidad si las partes armenia y azerbaiyana adhieren públicamente a estos principios.
“En esencia, debo admitir que se han acordado los tres principios básicos de la paz y la regulación de las relaciones con Azerbaiyán. Y si las partes se mantienen fieles a estos principios acordados, entonces la firma de un acuerdo de paz y arreglo de relaciones será una realidad”, afirmó el primer ministro.
Según Pashinian, en primer lugar, la República de Armenia y la República de Azerbaiyán reconocen mutuamente su integridad territorial, en el entendimiento de que el territorio de Armenia tiene una superficie de 29.800 kilómetros cuadrados y el de Azerbaiyán, 86.600 kilómetros cuadrados. El primer ministro señaló que estas cifras están extraídas de las últimas enciclopedias de la Unión Soviética, que contienen registros del territorio de la República Socialista Soviética de Armenia y de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán.
El segundo principio es que las partes acuerden una delimitación basada en la Declaración de Alma-Ata. Esto significa partir de las fronteras administrativas existentes entre Armenia y Azerbaiyán durante la Unión Soviética, cuya inviolabilidad fue reconocida por las partes en la Declaración de Alma-Ata.
El tercer principio acordado hace referencia a que las comunicaciones regionales se abren sobre la base de la soberanía y jurisdicción de las partes, y operarán sobre la base de la reciprocidad y la igualdad.
Y mientras Pashinian y su gobierno “descansan” la seguridad de Armenia y los armenios sobre las promesas occidentales y el establecimiento de buenas relaciones con Turquía y Azerbaiyán, soldados rusos del grupo antiterrorista de la base perteneciente al Distrito Militar Sur de Rusia (emplazada en la ciudad de Leninakán, frontera armenio-turca), realizaron ejercicios militares en lo que “repelieron el ataque del grupo enemigo terrorista, que intentó infiltrarse en el territorio de la guarnición”. Participaron también de los ejercicios los pilotos de los cazas polivalentes MiG-29 de la aviación operacional-táctica de la base militar.
Por su parte, el ex secretario general de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), Nikolai Bordiuzha, dijo que no ve ningún motivo para que Armenia abandone la organización.
“Tenemos muy buenas relaciones con muchas fuerzas políticas en Armenia. En mi opinión, estos son fenómenos temporales. Creo que Armenia seguirá estando con Rusia, Bielorrusia y la OTSC”, señaló Bordiuzha, agregando: “No puedo imaginar el futuro de Armenia sin la OTSC, simplemente no puedo imaginar este futuro, porque Armenia está muy integrada con Rusia, y no sólo económicamente, sino en varias campos”. El ex Secretario de la OTSC recordó que varios millones de armenios viven en Rusia.
Por su parte, el ex Vicepresidente de la Asamblea Nacional de Armenia, Eduard Sharmazanov, quien hoy ocupa el cargo de secretario de la Comisión Ejecutiva del Partido Republicano, puntualizó que fue el propio Pashinian quien le dijo -antes de que finalizara la guerra en 2020- que Armenia pudo preservar Siunik gracias a los rusos. Sharmazanov enfatizó que “la arquitectura de seguridad de Armenia debería estar basada en el eje Moscú-Teherán-Beijing”.
Comments