¿Por qué Pashinian ataca a Rusia y a los soldados que protegen Artsaj?

El primer ministro de Armenia se ha convertido en una de las principales cartas de Occidente en el Cáucaso, poniendo en riesgo la seguridad de los armenios y la existencia misma de Armenia y Artsaj.

Por Adrián Lomlomdjian

Estados Unidos, su Departamento de Estado, sus congresistas, la Unión Europea, el Parlamento Europeo, presidentes y funcionarios europeos, los Tribunales de Derechos Humanos, Human Right, Amnistía Internacional y cuanto país, organismo estatal, regional e internacional, u organización política y social occidental que se les ocurra, condena severamente a Azerbaiyán y Turquía, se solidariza con los armenios, manifiesta su apoyo a Armenia y Artsaj, pero... Bakú y Ankara siguen haciendo lo que les plazca y avanzan, avasallando -entre otras cosas- los derechos históricos de los armenios y de otros pueblos de la región.

Es un juego casi perverso aplicado a lo largo de las décadas, pero que con el apoyo de los medios masivos de comunicación y las redes sociales, más "el sentido común" moldeado con el paso del tiempo, tiene siempre a los mismos ganadores.

A pesar de esa gran verdad de la que cualquiera pueda darse cuenta con sólo abrir los ojos y ver, o prestar oído a lo que se dice por ahí o por acá, por ejemplo, todos los días Nikol Pashinian, primer ministro de la República de Armenia, o cualquiera de sus hombres y mujeres que cumplen distintas funciones de Estado, emiten una declaración golpeando a Rusia, aliado estratégico de Armenia, Artsaj y el pueblo armenio. Parece ser que el premier armenio le pelea al dictador ucraniano Zelensky el lugar más alto en el podio de los serviles a Occidente.

Sin nada positivo para destacar en sus cuatro años de gobierno, este periodista financiado durante décadas con fondos provenientes de USAID (organismo a través del cual la CIA teje relaciones con organizaciones y militantes sociales en distintas puntos del planeta, transformándolos en utensillos de su política terrorista), logró llevar a Armenia y Artsaj hasta un punto casi sin retorno en cuanto a seguridad interna y externa, objetivos políticos comunes, defensa de los intereses estatales y nacionales, relaciones internacionales, cooperación con aliados y amigos, y otras cuestiones fundamentales para la existencia misma de ambos países.

Amparado por la impunidad y la inmunidad que, al menos hasta hoy, le brinda ser representante y defensor de los intereses de los grupos occidentales del poder político-militar-económico, Pashinian parece avanzar casi sin obstáculos en su objetivo de cumplir con los proyectos de sus amos: neutralizar el rol protagónico de Rusia en el Cáucaso Sur y remplazarlo por la presencia Occidental (Estados Unidos-Unión Europea-OTAN); entregar Karabaj a Azerbaiyán; sacar la base militar rusa de la frontera con Turquía (está allí hace más de un siglo) y traer soldados de "Naciones Unidas"; y establecer relaciones de paz y buena vecindad con Azerbaiyán y Turquía de acuerdo a las condiciones impuestas por Occidente, nada beneficiosas para el pueblo armenio ni para el mantenimiento y desarrollo de la identidad armenia en la región. Además, está jugando un rol destacado en eso de vaciar a la armenidad de todo contenido patriótico y productivo para la nación, y también está haciendo un aporte significativo a la fractura de la unidad Armenia-Diáspora, que se desarrolló y fortaleció en los años soviéticos y logró mantenerse en crecimiento durante algunos años posteriores a la derrota de la URSS.

Ayer no más, mientras no fueron pocos los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU -incluso, los representantes de algunos países occidentales- que catalogaron como positiva la presencia y las tareas que llevan adelante los soldados rusos del contingente para el mantenimiento de la paz en Karabaj, Pashinian, varios de sus ministros y otros dirigentes políticos de su espacio se dedicaron a acusar a Rusia y poner sobre Moscú la responsabilidad del bloqueo de la carretera.

"El contingente ruso de mantenimiento de la paz no cumple con las obligaciones fijadas por el documento tripartito con respecto al control del corredor. Por supuesto, esto sucede como resultado de las acciones ilegales de Azerbaiyán, pero el punto clave de la presencia de las fuerzas de paz rusas es prevenir acciones ilegales", dijo el primer ministro armenio, transformado en algo así como vocero oficial del panturquismo y defensor de los intereses occidentales en la región.

¿Está Pashinian azuzando otra guerra en la región para justificar la intervención de Occidente? ¿Qué proponen él y su gobierno para solucionar este tema concreto y la cuestión de Karabaj? ¿O acaso alguien cree que la entrega de Artsaj a Azerbaiyán -consensuada por el gobierno de Armenia con Azerbaiyán, Turquía y Occidente- es la solución definitiva del problema?

"Puedo decir lo contrario: las fuerzas de paz rusas están llevando a cabo su misión. Se están tomando acciones, se está trabajando. Quiero recordarles a aquellos que no saben o que se guían por declaraciones políticas, que antes de esta última situación hubieron muchas escaladas, hubo problemas, las partes se culparon entre sí, y fueron las fuerzas de paz rusas las que hicieron todo para estabilizar la situación. Y lo lograron. Por lo tanto, no aceptaremos esta actitud hacia nuestras fuerzas de paz", dijo la vocera de prensa de la Cancillería de Rusia, María Zakharova.

Por su parte, el portavoz del presidente Putin, Dmitri Peskov, aseguró que "las fuerzas de paz rusas están haciendo todo lo posible para garantizar el orden y la tranquilidad en los territorios donde trabajan. Y actúan únicamente de acuerdo con el espíritu y la letra de los documentos relevantes que se firmaron entre los países".

Como para aclarar un poco el panorama, hoy mismo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia comunicó oficialmente que estuvo trabajando para que mañana, 23 de diciembre, se llevara a cabo una reunión tripartita de cancilleres para seguir avanzando en los acuerdos alcanzados para la firma de un tratado de paz entre Armenia y Azerbaiyán. Pero vaya uno a saber por qué (aunque lo sospechamos), el gobierno de Ereván informó que no participaría del encuentro. Otra clara señal demostrativa del rol que está cumpliendo Pashinian.

Como hace algo más de un siglo, otra vez los proyectos imperialista, panturquista y sionista avanzan en sus coincidencias y arrasan con todo y todos aquellos que intentan resistir o enfrentarlos. Y cuentan para ello con la complicidad traidora de algunos gobiernos regionales (como el armenio) y de distintas fuerzas político-sociales financiadas desde Estados Unidos, la Unión Europea, Israel y Turquía.

Hagamos lo que creamos que debemos hacer, pero hagámoslo un minuto antes. No podemos permitir que un proyecto de disolución nacional y entrega pueda llevarse a cabo con tanta facilidad, sin resistencia interna o en las comunidades de la diáspora.

Si bien la oposición parlamentaria intentó algunas formas de frenar el accionar del gobierno, su falta de cohesión y, lo más importante, la falta de una propuesta alternativa, hizo que todos los intentos fueran en vano.

Sin embargo, hay otra oposición, quizás hoy más pequeña en cantidad, pero con objetivos comunes y una importante presencia en distintos sectores de la sociedad armenia y de las comunidades en el extranjero. Es la aglutinada en el Movimiento "Por una Armenia fuerte con Rusia. Hacia una Nueva Unión", donde confluyen partidos políticos y organizaciones sociales comprometidas con la defensa de la patria y de los intereses del pueblo armenio, más allá del clima de terror y persecución política instalada por las actuales autoridades.

Debemos aunar voluntades y coordinar acciones antes de que sea tarde.