¿Qué hace el gobierno de Armenia para ayudar a Artsaj?
Mientras Azerbaiyán continúa bloqueando el camino que une Armenia y Artsaj y el gobierno de Pashinian intenta poner sobre Rusia la responsabilidad de lo que sucede, cada vez resulta más evidente la participación de Occidente en este conflicto, que por un lado condena, pero por el otro, mantiene y profundiza.
Por Adrián Lomlomdjian
Las cosas no son como la cuentan o de acuerdo a lo que declaran algunos funcionarios de Estado o dirigentes internacionales, sino lo que vemos y cómo se desarrollan.
Por más que Occidente (Estados Unidos-Unión Europea-OTAN) critique o condene severamente y utilizando los adjetivos más duros el accionar de Azerbaiyán y Turquía, queda claro en la realidad cotidiana que Bakú y Ankara no podrían mover un dedo sin el beneplácito y la protección de sus aliados militares y sus socios económicos.
Por lo tanto, el bloqueo ilegal de la ruta Stepanakert-Goris, que comunica por tierra la República de Artsaj con Armenia, no es un acto de protesta de "militantes ecologistas azerbaiyanos", sino un movimiento previamente elaborado por Occidente -conjuntamente con los líderes del panturquismo y el sionismo-, que vuelve a utilizar al gobierno azerbaiyano como su punta de lanza contra Rusia, en esto de tratar de abrir un segundo frente que debilite a Moscú, quien está cada día más cerca de asestarle un golpe mortal a Ucrania, y con ello, derrotar a la OTAN.
Lamentablemente, en este contexto donde las cosas están más que claras, el gobierno de Nikol Pashinian (que lidera desde la maquinaria del Estado el accionar de los sectores que representan y defienden los intereses de Estados Unidos-Unión Europea-OTAN en el país) parece no rehuir a ninguno de los compromisos asumidos con los enemigos de la patria. Su crítica permanente a Rusia y a la presencia del contingente ruso para el manteniemiento de la paz en Karabaj, sus pemanentes reuniones -en Ereván y en el extranjero- con líderes de los países y las alianzas regiones e internacionales que están en guerra con su aliado estratégico, sus encuentros con Aliyev y Erdogan con la mediación de estadounidenses y europeos, las dos cumbres de los cancilleres de Ereván y Bakú en Washington, y otros innumerables hechos sucedidos a lo largo de estos cuatro años de su gobierno, dan muestra de quiénes fueron los verdaderos ideólogos de la "revolución de terciopelo", que trajeron a Pashinian al gobierno y para qué.
Los sectores patrióticos enfrentan la entrega
Eduard Sharmazanov, exvicepresidente de la Asamblea Nacional de Armenia y líder del Partido Republicano, reiteró que Pashinian y su gobierno "son capituladores, los responsables y culpables de entregar Shushi, Hadrut, Lachin, la ruta Goris-Kapan y el Lago Negro".
Según el dirigente republicano, Pashinian dice que Rusia es responsable del Corredor Lachin. Y agregó: "¿También Rusia es responsable por los 150 km cuadrados de territorio que Azerbaiyán ocupa en Armenia? ¿Por qué lo entregaste, Nikol? ¿Quién es el responsable de darle al enemigo la carretera de 21 km Goris-Kapan y el Lago Negro? ¿Y quién es responsable de entregar Berdzor y Aghavni? Son ustedes, Nikol, los responsables, los capituladores. Jamás podrán quitar de sus hombros el peso de los cinco mil mártires ni de sus frentes el sello de traidores a la patria".
Paralelamente, los partidos y organizaciones políticas y sociales que componen el sector patriótico de la sociedad armenia, no se quedan quietos y dedican sus esfuerzos a resistir y enfrentar la política pro-occidental y entreguista del gobierno y de sus organizaciones aliadas.
Hoy, el Movimiento "Armenia fuerte con Rusia. Hacia una nueva Unión" organizó un panel de discusión y debate bajo el título "Las fuerzas de paz rusas, los guardias fronterizos y la Base Militar N° 102 como factor estabilizador en el sur del Cáucaso". Durante la misma se trataron los siguientes temas: las provocaciones de Azerbaiyán en el corredor de Berdzor (Lachin) y la reacción de las fuerzas de paz rusas; las posibles evoluciones de la situación en torno a Artsaj y si existe alguna forma de sortear lo que parece un callejón sin salida; perspectivas de las negociaciones armenio-azerbaiyanas y armenio-turcas; la seguridad de Armenia y Artsaj, y el papel de Rusia; el factor estabilizador de Rusia en el Cáucaso Sur.
Por su parte, la politóloga -experta en temas azerbaiyanos- Tatevik Hairapetian, denunció publicamente: "¿Saben que la empresa británica Anglo Asian Mining, a la que Aliyev le entregó los yacimientos de Kashen y Drmbon, envió una carta a varias organizaciones internacionales solicitándoles que tomen las medidas necesarias para garantizar el acceso de sus empleados a los lugares de trabajo?". Estamos hablando de minas que se encuentran en Artsaj, bajo control del gobierno de Karabaj, son explotadas desde hace décadas por empresas armenias y rusas, entre otras, y trabajan allí ciudadanos de Karabaj. Nada de eso le importa a los británicos -ni a los azerbaiyanos, turcos, sionistas y sus aliados occidentales- quienes incluso desde hace un tiempo anunciaron que comenzarían una demanda judicial, sin decir a quién. "Seguramente, demandarán al gobierno de Artsaj encabezado por Arayik Harutiunian", sostuvo la politóloga.
Algunas conclusiones
Mientras Pashinian intenta justificarse a toda costa diciendo que los responsables del corredor de Lachin son los rusos, pasados ocho días del inicio del bloqueo ilegal de la carretera Stepanakert-Goris, que une Artsaj con Armenia, el gobierno de Ereván no tomó ninguna medida concreta y, por el contrario, sigue hablando del acuerdo de paz con Azerbaiyán y del restablecimiento de relaciones con Turquía.
Aplicando la receta elaborada en Washington y Bruselas, el gobierno armenio insiste en poner en el ojo de la tormenta a las fuerzas de paz rusas, aportando así su granito de arena a la política seguida adelante por Azerbaiyán -también elaborada en Washington y Bruselas, con algunos ítems incorporados por Tel Aviv y Ankara- de deslegitimar la presencia de los pacificadores rusos en Artsaj, de aumentar el rol de Turquía y reemplazar a Rusia por Occidente en la región.
Debemos tener muy en claro que de no ser por Rusia hoy no habría Artsaj (Karabaj) y si no fuera por los miles de soldados rusos apostados allí desde el 10 de novimebre de 2020, no habrían más de 120 mil armenios habitando en sus territorios ancestrales.
Parece no estar lejos (esperemos equivocarnos) el día que Estados Unidos, la Unión Europea, Gran Bretaña y la OTAN convenzan al mundo de que los rusos en Artsaj (Karabaj) son "ocupantes" y comiencen acciones -no descartemos las operaciones militares- para que su aliada Azerbaiyán logre sacarlos de allí. Y si lo logra, los ciento veinte mil armenios que permanecen en su tierra comenzarán a sufrir en carne propia la avanzada genocida panturquista y de sus cómplices occidentales y sionistas. Y para quienes recién allí comiencen a despertar del sueño, les avisamos que ya será muy tarde.
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