Robaron cuatro estatuas del monumento al Ararat 73
En medio del estado de emergencia que rige en Armenia por el coronavirus, se llevaron hoy las estatuas de Nikita Simonian, Robert Dzaghikian, Onnik Abrahamian y Harutiun Keheyan.
Una de las tantas miles de historias de felicidad que los y las armenias recuerdan de los años de construcción socialista del país son las hazañas deportivas del equipo de fútbol Ararat, de Ereván, que durante décadas participó en la Premier League del fútbol soviético.
El Ararat de 1973, ganador en un mismo año de la Liga y la Copa de la URSS, dejó una imborrable huella no sólo en quienes vivieron aquellos inolvidables momentos, sino en las nuevas generaciones, quienes heredaron de sus abuelos y padres aquellos días de felicidad y algarabía popular.
Es tanto el amor y el respeto que aún recibe aquel equipo, que en 2016, cerca de la entrada del mítico –pero hoy abandonado- estadio Hrazdán, se construyó un complejo memorial de homenaje al Ararat 73, con las estatuas de cada uno de sus integrantes. Hacia allí van a fotografiarse a diario y a conocer parte de la gloriosa historia deportiva de la Armenia Soviética miles de niños y jóvenes, junto a otros miles de turistas que anualmente llegan al país.
Pero claro, en 1990 algo pasó en el mundo, y particularmente en la Unión Soviética y en la Europa Oriental. Se desmoronó la Unión Soviética (URSS) y dejaron de existir los gobiernos socialistas en varias decenas de países, porque llegó el capitalismo. En Armenia también. Y el capitalismo no sólo es un sistema económico que favorece a unos pocos en detrimento de la mayoría poblacional -a la que se explota, oprime y se mantiene sometida a través de un sistema que llaman democracia pluripartidaria-. El capitalismo es también individualismo, egoismo, meritocracia, consumismo y un montón de otros valores con lo que envenenan las mentes de sucesivas generaciones, desde las guarderías escolares en adelante. Un mensaje de sometimiento y de “sálvese quien pueda”, que es sostenido y replicado a diario por los medios masivos de comunicación y las redes sociales, a través del cine animado, las películas y telenovelas, entre otros.
Por eso, en esta nueva y vieja Tercera República de Armenia -con tres décadas de vida-, pueden entrar cinco hombres armados al recinto de sesiones de la Asamblea Nacional y fusilar al primer ministro y a las autoridades parlamentarias, como el 27 de octubre de 1999; o te podés levantar un día y enterarte que se robaron varias de las estatuas de los jugadores del histórico Ararat 73.
La noticia, difundida hoy por la agencia estatal de noticias Armenpress, sacudió a la población, en medio del estado de emergencia que rige en el país por la pandemia del coronavirus. Se constató que delincuentes se llevaron las estatuas de Nikita Simonian, Robert Dzaghikian, Onnik Abrahamian y Harutiun Keheyan.
Uno de los integrantes de aquel recordado plantel, Serguey Poghosian, se mostró muy dolido y recordó que hace tiempo él había presentado el tema ante las autoridades. “Durante muchos años estuve pidiendo por escrito a las autoridades y dependencias oficiales, que coloquen cámaras de seguridad en las inmediaciones del memorial. Sin embargo, jamás recibí una respuesta”, subrayó el ex futbolista.
Para Poghosian, el robo lo tuvieron que realizar al menos entre cinco personas, ya que no era nada fácil. “Tan pronto como me enteré del robo me vine para acá. Este monumento es muy querido por todos nosotros y es una bofetada a nuestra nación, este robo es un gran golpe en nuestras caras”, sentenció Poghosian.
El Ministro de Educación, Cultura, Juventud y Deporte, Arayik Harutiunian, dialogó con el jefe de Policía Armán Sarkisian, para que le brinde detalles de lo sucedido y de las investigaciones en marcha. “Le manifesté mi deseo y el de toda la población, que lo más rápido posible estos delincuentes sean atrapados y castigados”, enfatizó Harutiunian.
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